Sorpresa y mucha decepción ha causado entre la comisión técnica y los jugadores de la selección brasileña de fútbol la súbita decisión del veterano centrocampista del Deportivo de La Coruña, Mauro Silva, de negarse a disputar la Copa América poco antes de viajar anoche a Colombia.
Mauro Silva, de 33 años, ha argumentado que no tenía "condiciones psicológicas" para afrontar lo que él considera "clima de inseguridad en Colombia", ha afirmado una fuente de la delegación brasileña.
El equipo que dirige Luiz Felipe Scolari llegó en la madrugada de este martes, a Cali, sede del Grupo B, en el que también han sido emparejadas las selecciones de Paraguay, Perú y México.
Mauro Silva, titular de la selección que conquistó el Mundial de Francia´98, y uno de los cnsiderados "caudillos" en la era Scolari, que se hizo cargo del equipo el 12 de junio, anunció anoche su retirada de la selección que disputará a partir del miércoles la Copa América.
Su decisión fue adoptada en el aeropuerto internacional Antonio Carlos Jobim, de Río de Janeiro, poco antes de tomar el avión hacia Colombia, y minutos después de haber presentado su equipaje y billete de viaje a los funcionarios de la empresa aérea.
"Esa actitud causó sorpresa, desconcierto y mucha decepción, porque Mauro Silva es tenido como el "papá" de estos jugadores", añadió la fuente. Antonio Lopes, coordinador técnico de la selección, un cargo que en Brasil se asimila con el de "sheriff", ha dicho estar decepcionado con la actitud del recio jugador de marca y salida, nacido el 12 de enero de 1968 en Sao Bernardo do Campo, municipio del estado de Sao Paulo. Según Lopes, Mauro Silva pudo haber renunciado al equipo días antes, para evitar problemas al seleccionador.
Allegados a Scolari presumen que el camino adoptado anoche por el jugador del club gallego puede llevarle a su salida definitiva de la selección. Mauro Silva, ex jugador de los clubes paulistas Guaraní y Bragantino, fue destacado hace una semana por Scolari como "ejemplo" para muchos futbolistas que, a su juicio, eluden "ciertas responsabilidades".
El astro del Deportivo fue convocado por el seleccionador brasileño para el partido con la selección de Uruguay, el 1 de julio, pero su debut no se produjo por una lesión muscular. Pese a ello, pidió a la comisión técnica autorización para permanecer concentrado con la selección y para viajar a Montevideo para el choque que Brasil perdió por 1-0 en la decimotercera jornada de las eliminatorias del Mundial-2002.
Al anunciar el viernes pasado la plantilla para la Copa América, que comienza mañana, miércoles, en Colombia, Scolari no ocultó su indignación al saber que el delantero Romario, a quien había dispensado de este torneo para permitirle someterse en los próximos días a una cirugía ocular, había viajado con el Vasco da Gama para afrontar partidos amistosos en México.
Los problemas de Scolari en su primer mes al frente de la selección continúan con una decisión sobre la convocatoria urgente de otro jugador para sustituir a quien sería su capitán en la cuadragésima edición del torneo continental más antiguo del mundo.
Brasil, campeón de las últimas dos ediciones de la Copa América, tiene en la ciudad de Cali una selección virtualmente diezmada, ya que además de la baja de Mauro Silva, el defensa Lúcio (Bayern Leverkussen-ALE) y el delantero Elber (Bayer Munich-ALE) aguardan en Río de Janeiro una autorización de sus clubes para jugar en Colombia.
Además, el equipo ha llegado a la capital departamental del Valle del Cauca (suroeste) sin el defensa central Juan (Flamengo), el lateral derecho Belletti (Gremio) ni el centrocampista Eduardo Costa (Gremio). Juan y Belletti afrontaban con sus equipos la final de la Copa de los Campeones, que concede una plaza para la Copa Libertadores del próximo año, en tanto que Eduardo Costa descansaba en Porto Alegre tras la campaña de la selección sub´20 en el Mundial de la categoría en Argentina, que conquistó el domingo el equipo anfitrión.
