La esperanza del "tubo volcánico"

Tras entrar en erupción el pasado día 19 de septiembre, fue al décimo día cuando la lava emitida por el volcán de Cumbre Vieja llegaba a entrar en contacto con el océano. Eran las 0:01 horas en la Península, una hora menos en Canarias, cuando una de las coladas que emana del volcán tocaba agua. Su superficie, ahora, ronda los 500 metros de ancho y los 50 de alto, generando un delta de lava.

Sin embargo, desde lo más profundo del cráter el magma sigue saliendo a la superficie, con el consiguiente riesgo de que continúe arrasando a su paso por la isla. La esperanza, ahora, es que se pueda generar lo que se conoce como un 'tubo volcánico', a través del cual la lava se canalizara por el camino que la colada ha abierto hasta desembocar en el mar.

Tubo volcánico

José Mangas, catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas, espera que "ojalá" se genere este tubo volcánico, con el que la capacidad de destrucción de vería reducida. "En principio las lavas tienden a buscar un canal lávico, pero no siempre es así", explica el experto a 20 minutos.

Tras enfriarse la superficie del flujo de la lava (al bajar la temperatura al contacto con el aire) y reducirse las emisiones del volcán, se genera un espacio vacío por debajo de la corteza. La lava interior, en cambio, no se detiene y sigue su camino, generando así una especie de tubería hueca. Una vez se detiene la erupción es cuando se podría formar el tubo volcánico. Se generan caídas parciales del techo y pueden aparecer áreas de vegetación en los alrededores. Pero para eso, explica Mangas, son necesarias varias condiciones: que el magma sea muy caliente (entre 1.100 y 1.200 grados), con poca viscosidad y que la frecuencia de emisión sea "de muchos litros por segundo". Esta lava, conocida como basáltica, es más común en zonas con mayor actividad volcánica, como Hawái o Islandia.

La erupción estromboliana, un problema

En otras erupciones volcánicas de Canarias es justo lo que ocurrió, con la creación de tubos volcánicos como en el caso del volcán de La Corona, en Lanzarote. Sin embargo, según Mangas una erupción del tipo estromboliano como la que domina en el caso de Cumbre Vieja. El motivo, su alto porcentaje en cuanto a la emisión de piroclastos, que dificultan su formación debido a que no cuenta con mucha fluidez, al contrario que la hawaiana.

Una opinión que comparte Stavros Meletlidis, vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), y que se encuentra al frente de la investigación en La Palma. Para él, lo mejor también sería que se creara este mecanismo para acabar con la destrucción en la superficie de la isla. Meletlidis asegura que hasta ahora se han cumplido las simulaciones de los recorridos que el IGN facilitó al Pevolca. El experto, en una charla con AS el día antes de la erupción, desveló que fue la evolución de la sismicidad de los días previos lo que le hizo darse cuenta de que estaba ante una situación que no era la habitual.

¿De quién es el nuevo terreno?

La colada de lava que se ha adentrado en el mar ha generado ya un amplio terreno que, con el paso de las horas, se va haciendo cada vez más grande. Este pasará a ser propiedad del Estado. "Todo lo nuevo está sujeto al dominio público terrestre contemplado por la normativa vigente respecto a las costas de todo el país", explicaba hace unos días Alfonso Carballé, decano de los notarios canarios.