CORONAVIRUS

Las posibilidades de contagiarse de coronavirus en el Metro y el transporte público

Chesnot

Los expertos coinciden en que el transporte público es más seguro que las cafeterías o pubs, donde no se hace un uso permanente de la mascarilla.

Desde que el 21 de junio de 2020 se reactivara paulatinamente la 'normalidad' en España después del confinamiento, el transporte público ha sido muy temido por los ciudadanos debido al riesgo de contagio que pudiera entrañar al producirse aglomeraciones. Una encuesta realizada por la OCU a finales de julio reflejaba que el 31% de la población lo consideraba "muy inseguro", por lo que se posicionaba como el espacio más peligroso, por delante de actividades deportivas en espacios cubiertos (28%) y eventos culturales (25%).

A final de año, la percepción sobre este sector era similar. Otra encuesta de la OCU publicada en diciembre confirmaba que el transporte público es el lugar donde más inseguros se sentían los españoles (67%), más que en bares (50%), centros comerciales (47%) o supermercados (29%). Pero ¿es realmente peligroso usar metros, trenes o autobuses? La ciencia afirma que no.

Medidas eficaces

Numerosos estudios realizados en diversos países revelan que el transporte público no es una de las principales fuentes de contagio. Es cierto que cuando comenzó la pandemia el riesgo sí era elevado porque no había conocimiento de cómo actuar contar el virus. Pero, con el paso de los meses, se han adoptados medidas que han hecho del transporte público un lugar seguro. Según señalan varios expertos a El País, los mejores sistemas de ventilación, la desinfección diaria y el uso de las mascarillas reducen el peligro.

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), dirigido por Xavier Querol y Gloria Sánchez, analizó en junio de 2020 varias muestras del metro de Valencia tomadas de barandillas, tornos, máquinas expendedoras, manijas, escaleras y filtros de aire acondicionado. Los resultados mostraron que no había presencia de coronavirus en las instalaciones. Además, "hay algunos autobuses que ya ventilan un 50% del aire y toman otro 50% del exterior, y la mayor parte de los metros también toman un 30% del aire exterior", explica Xavier Querol. "Con mascarillas, con ventilación optimizada, con la desinfección que hacen de todas las superficies y con el gel desinfectante, creo que el metro no es menos seguro que una cafetería, donde la gente suele hablar sin mascarillas", añade.

Coincide en su seguridad Pedro Gullón, de la Sociedad Española de Epidemiología. "En el metro o Cercanías pasamos menos tiempo, unos 30 o 40 minutos, con renovación de gente en cada parada, la mayoría de personas no hablan y además mantienen la mascarilla puesta. Y, salvo en las horas punta, no suele haber masificación. En cambio, en las discotecas o pubs hay que hablar gritando porque hay música, la gente se quita la mascarilla, se consume alcohol, hay menos medidas de seguridad y se pasa más tiempo", argumenta.

También en Japón se realizó un estudio centrado en analizar los principales focos de contagio. Este concluyó que los conciertos, gimnasios, bares y restaurantes provocaron mayor número de nuevos infectados que la red de transporte público. Entre los meses de mayo y agosto las autoridades francesas identificaron casi 1.100 brotes, de los que solo 15 casos (1%) se habían infectado en el transporte público.

Cómo evitar el contagio

Pese a que los expertos sostienen que el transporte público es un entorno seguro, reconocen también que no hay riesgo cero, por lo que es conveniente respetar las recomendaciones sanitarias. En primer lugar, es imprescindible usar correctamente la mascarilla y mantener la distancia de seguridad para evitar contagiar o infectarnos mediante las microgotas que se emiten al hablar, respirar o estornudar, así como los aerosoles. "Si se tomaba un 25% de aire de ventilación del exterior continuadamente se reducía el riesgo de infección por aerosoles a 10 veces menos. En cuanto a las microgotas, si todo el mundo lleva mascarillas eso está resuelto", explica Querol en base a un estudio de modelización que realizó en un espacio cerrado de 105 metros cuadrados, similar a un vagón. Dentro de esta medida entraría la recomendación de no beber o comer durante el trayecto.

Aunque los servicios de transporte desinfectan regularmente los vehículos y las instalaciones, es mejor evitar tocar superficies públicas como pasamanos o asientes. También es muy importante desinfectarnos las manos constantemente y no llevárnoslas a los ojos, la boca o la nariz. Además, en caso de comprar un billete, se recomienda el pago con tarjeta.

Por último, se está extendiendo una nueva medida por toda España: permanecer en silencio durante todo el viaje. Renfe se ha unido a esta recomendación, invitando a los viajeros a que no hablen ni con otros pasajeros ni por el teléfono móvil.