Echávarri finalmente acertó: "El Tour del 2000 fue en blanco"
Santi Blanco ganó en La Covatilla (2002), en una etapa que pasaba por la puerta de casa en Puerto Béjar. Al día siguiente, en Ávila, le comunicaron la salida del equipo.
José Miguel Echavárri es amigo de juego de palabras y de frases ingeniosas. “El Tour del 2000 será Blanco”, fue una de ellas. Acertó a medias. El técnico navarro se refería a su prometedor ciclista Santi Blanco (7-6-1974), que no cumplió el vaticinio. Quien se coronó ese año en París fue Lance Armstrong. Años después, el texano fue desposeído de sus siete títulos por dopaje. A Santi, con guasa, le gusta bromear con eso: “Al final tenía razón Echávarri, el Tour del 2000 fue en blanco”.
Santi Blanco no confirmó el esplendoroso futuro que se le auguraba y que le hizo convertirse en el primer ciclista que aplicó el decreto 1006 para romper su contrato con el Banesto y fichar por el Vitalicio de Javier Mínguez, entre 1998 y 2000.
Tras su disolución, el hijo pródigo volvió al hogar. Otra vez con el Banesto, ganó dos etapas en la Vuelta. La primera, en La Molina (2001). Y la segunda, muy especial, en La Covatilla (2002), en un recorrido que pasaba por la puerta de su casa en Puerto Béjar. Blanco entró en la fuga del día, que abandonó en solitario en Tornavacas, a 44 kilómetros. Tras coronar también el Tremedal, ganó agónicamente en la cima salmantina, con 39 segundos sobre Roberto Heras, igualmente paisano de Béjar. “Vencer aquí es lo más grande”, dijo Santi. Lo que no evitó que al día siguiente, en Ávila, le comunicaran su salida del equipo.