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CiclismoCaso Heras

El héroe de Béjar que no tuvo homenajes

El que fuera mejor amateur de principio de los noventa no estuvo ayer en la manifestación de Béjar. Santi Blanco, retirado en el 2004, actualmente disputa el Campeonato de España de dardos.

Santi Bermejo
<b>EUFÓRICO. </b>Santi Blanco disputó ayer el Campeonato de España en San Antonio de Calonge.
Toni Vilches

En la manifestación de ayer en Béjar faltó el otro gran ciclista de la zona: Santi Blanco. El que fuera el mejor corredor amateur español de principio de los noventa, se encontraba ayer en San Antonio de Calonge, jugando el Campeonato de España de dardos de tercera categoría con su equipo, el Destroy. Con él ya ganó la Liga de Salamanca y el próximo año jugará en Segunda División.

"El Tour del año 2000 será Blanco", dijo en su día José Miguel Echávarri. Frase lapidaria que pesaría como una losa en la trayectoria de Santi, quien no pudo cumplir las enormes expectativas que auguraba cuando se mostraba como un pequeño Indurain como juvenil y como aficionado. Pero al llegar a profesionales el bejarano se encontró con que lo que había sido una gran ventaja se transformaba en un handicap insuperable: su hematocrito natural bordeaba el límite del 50% e incluso lo superaba en ocasiones. Santi envío la UCI su analítica desde los tiempos de infantiles para que la tuvieran en cuenta por si acaso alguna vez superaba el límite en alguna carrera. Afortunadamente nunca le hizo falta.

De la misma edad de Heras, 31 años, Santi Blanco colgó la bicicleta en 2004 y sólo recibió un pequeño homenaje de su peña. Se fue por culpa de una endofibrosis. Se le cerraba la arteria de la pierna izquierda, no le regaba bien la sangre y eso era mortal frente a las exigencias de la élite. Santi cerró sus nueve años de profesional con dos triunfos de etapa en la Vuelta a España, en las cimas de La Covatilla (2002) y La Molina (2001), la Subida al Naranco (1999) y otras cinco etapas en pequeñas vueltas.

Poco bagaje para lo mucho que apuntaba. El salmantino seguía gozando del mismo poder de recuperación que le proporcionaba su alto nivel de hematocrito, pero en profesionales no era suficiente. Blanco sabía la razón, pero nunca la dijo y probablemente nunca la destapará, porque sonaría a justificación. Sólo una vez se le escapó una leve referencia: "Me sorprende que muchos corredores a los que yo ganaba de aficionados mejoren y yo no".

Por cierto, cuando salieron en AS las revelaciones de Jesús Manzano (marzo de 2004), los ciclistas españoles presentes en la Semana Catalana firmaron una carta negando las prácticas dopantes que Manzano destapó. Sólo hubo dos que no la rubricaron: Pedro Díaz Lobato y Santi Blanco.