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NBA

José Manuel Calderón, un caso único

El extremeño no regresó a Europa y cerró su carrera en la NBA. Algo que no han hecho el resto de españoles que han pasado por la liga estadounidense.

Actualizado a
José Manuel Calderón, un caso único
Mike EhrmannGetty Images

“Podría haber vuelto para terminar mi carrera en Europa y ver si ganaba el título, ver cómo lo hacía en la ACB… pero habría supuesto volver a empezar otra vez con la rutina de los entrenamientos y los partidos. Y estamos muy felices en Nueva York, con nuestros tres hijos y la educación que tienen aquí, nos hemos traído también a un perro…”. Cuando en los primeros de noviembre de 2019 le contó a AS que se retiraba, sobre una cancha de las instalaciones del sindicato de jugadores de la NBA (NBPA) en el corazón de Nueva York, José Manuel Calderón (entonces acababa de cumplir 38 años) reconoció que le había tentado la posibilidad de regresar a Europa y completar en el nivel Euroliga su carrera (extraordinaria) como jugador.

Más que tentado, el extremeño hacía ver que era algo que estaba ahí, pero que en su caso no se dio. Por un lado, los suyos se habían integrado perfectamente en Estados Unidos: “Como cualquier familia, decidimos juntos. En su día, en 2005, decidimos venir a Estados Unidos porque era mi sueño. Vine sin saber nada, solo para vivir esa experiencia y volver a Europa si no funcionaba. Y fue bien”. Por otro, siempre quedaba el gusanillo de lo que podría haber sido y no fue, aunque solo sea porque no se puede estar en dos sitios a la vez: “Por motivos puramente deportivos me podría haber planteado volver. Pasé a la NBA cuando empezaban mis mejores años, así que no pude demostrar todo lo que me habría gustado en la Liga española y en la Euroliga”.

Y, claro, los grandes equipos de este lado del continente monitorizan cada paso de los que han emigrado a Estados Unidos. La situación deportiva, la familiar, qué podría hacer (y cuándo) que se planteara un regreso: “Siempre han estado pendientes de la situación y nosotros siempre les decíamos que no íbamos a volver, a ningún equipo. Llamaban para tantear, para interesarse por mi situación… Cuando el año pasado estaba jugando poco también querían saber qué tenía en mente para este verano… Pero mi sueño era jugar en la NBA. Aquí he podido ir tomando mis propias decisiones”.

Un caso que ha acabado siendo único

Así que Calderón optó por una vía que finalmente no es la habitual para muchos jugadores no estadounidenses que hacen carrera en la NBA sin llegar a tener estatus de grandes estrellas. El base de Villanueva de la Serena exprimió su carrera en Estados Unidos, no pensó en volver a Europa cuando se redujeron su rol y susminutos, se aferró a una vida que se le había hecho cómoda, que le gustaba y en la que se había ganado una situación envidiable que le ayudó, de hecho, a pasar a colaborar con el sindicato nada más retirarse. Entre 2005 y 2019 jugó en Raptors (el grueso de carrera: 2005-13), Pistons, Mavericks, Knicks, Lakers, Hawks y Cavaliers. 895 partidos de regular season (y 40 de playoffs) después, se retiró y se quedó en Estados Unidos para hacer allí su vida fuera de las pistas.

Pero el caso de Calderón acaba siendo la única excepción si se analiza la trayectoria de los jugadores españoles en la NBA. Todos regresaron, en distintos puntos de su carrera y por diferentes razones, para jugar en España (y Europa). El último, claro, Ricky Rubio. Una lista en la que no entran los dos que siguen ahora mismo en Estados Unidos, Santi Aldama (Memphis Grizzlies) y un Usman Garuba que busca su oportunidad con un contrato de tipo two-way con Golden State Warriors.

LOS ESPAÑOLES QUE REGRESARON DE LA NBA

FERNANDO MARTÍN. El gran pionero fue drafteado en 1985 por Brooklyn Nets (entonces New Jersey Nets) con el pick 38, en segunda ronda. Rechazó irse ese verano para seguir un año más en el Real Madrid y poder jugar (entonces no había las compatibilidades actuales entre NBA y competiciones FIBA) el Mundial de 1986, en el que España era anfitriona. Finalmente, en 1986 y después de haber rechazado un año antes un contrato no garantizado de los Nets, firmó con los Trail Blazers y jugó un año (1986-87) en la NBA. Solo 24 partidos y 146 minutos, en total 22 puntos y 28 rebotes. Las diferencias que habían entonces, más pronunciadas, entre los dos baloncesto, una adaptación que nunca se completó y lesiones inoportunas (fractura de nariz, artroscopia en una rodilla) dejaron en un solo año su historia NBA. En 1987 regresó al Real Madrid con un contrato por entonces récord y jugó de nuevo de blanco hasta su trágico fallecimiento, el 3 de diciembre de 1989.

PAU GASOL. En la temporada 2000-01, su explosión fue tan deslumbrante (en la Copa y la Liga que ganó con el Barça contra el Real Madrid) que quedó claro que Pau Gasol no iba a seguir más en Europa. Acortando plazos en lo que era un secreto a voces, fue número 3 del draft de 2001 y se fue. Debutó con Memphis Grizzlies con 21 años y 118 días y jugó su último partido el 10 de marzo de 2019, con Milwaukee Bucks. Con 38 años y 247 días. Fue Rookie del Año con los Grizzlies, dos veces campeón con unos Lakers que han retirado su número 16, en total seis veces all star y pasó también por Bulls y Spurs. Una fea lesión en un pie estropeó un final en el que saltó de San Antonio a Milwaukee y llegó a firmar después con Portland Trail Blazers, aunque no pudo debutar. Sin embargo, tenía entre ceja y ceja retirarse a su manera, en sus tiempos. Después de un duro período de recuperación, en febrero de 2021 firmó con el Barça para llegar a tiempo y participar en los Juegos de Tokio. Lo hizo y en esos meses ganó otra Liga, veinte años después de la de 2001. El 5 de octubre de 2021 se retiró definitivamente.

MARC GASOL. Como su hermano Pau, Marc (que acaba de retirarse de forma oficial aunque no jugaba desde el cierre de la pasada temporada) terminó sus días como jugador en un golpe de corazón. En su caso, y después de trece años en la NBA (2008-21) en los que fue campeón (2019), Defensor del Año y tres veces all star, firmó en octubre de 2021 por el Basquet Girona, equipo del que era presidente y que estaba en LEB Oro. El Girona, con él como líder en los despachos y en pista, ascendió, y Marc completó la temporada 2022-23 en una ACB de la que se había despedido como MVP en 2008. En la NBA jugó en Memphis Grizzlies (donde le van a retirar la camiseta: 2008-19), Toronto Raptors (el equipo con el que fue campeón) y unos Lakers donde no tuvo suerte y tras una temporada que acabó siendo muy convulsa (2020-21) decidió poner fin a su carrera NBA.

RICKY RUBIO. El último caso. El de El Masnou pasó casi trece años en la NBA (2011-2024), aunque no llegó a estar en la disciplina de su último equipo, Cleveland Cavaliers, en esta presente temporada, ausente por los problemas de salud mental que también le hicieron renunciar a jugar el Mundial 2019 con España. Una vez roto su vínculo con los Cavs, Ricky decidió poner punto y final a su trayectoria NBA (Wolves en dos etapas, Jazz, Suns y Cavaliers) y ahora, después de un tiempo de descanso y recuperación, ha firmado con el Barça. Ya entrena con los azulgrana y su plan es, según sus tiempos, regresar a las pistas con la vista puesta en el tramo decisivo de la temporada y el verano de la Selección, que pasa por el Preolímpico de Valencia y, si no falla ahí, los Juegos de París.

SERGE IBAKA. El pívot de origen congoleño también apuró al máximo su carrera NBA. Después de jugar en L’Hospitalet fue drafetado (número 24 en 2008) y se quedó un año en Manresa antes de dar el salto a la NBA, donde entró tres veces en el Mejor Quinteto Defensivo, fue un baluarte en las zonas de los Thunder de Kevin Durant y Russell Westbrook (2009-16) y campeón con los Raptors en los que también estaba Marc Gasol (y Sergio Scariolo como asistente). Ibaka pasó por Magic y Clippers antes de un último intento con los Bucks. El 1 de enero de 2023 jugó por última vez con los de Wisconsin. Después fue traspasado a los Pacers y cortado por la franquicia de Indiana. En verano no tuvo opciones válidas como agente libre y decidió, con 34 años, firmar con el Bayern de Múnich de Pablo Laso para volver a jugar la Euroliga. El reencuentro con el entrenador que le dirigió durante su breve paso por el Real Madrid, durante el lockout de 2011. Promedia 13 puntos y casi 7 rebotes y 1,4 tapones (15,8 de valoración) en el equipo alemán. Un ejemplo claro de que se puede exprimir en Europa un físico que ya no llegaba para marcar diferencias en la NBA.

NIKOLA MIROTIC. Uno de los casos más sonados, y más particulares. El ala-pívot de origen montenegrino se fue a EE UU en 2014, desde el Real Madrid. Jugó en Bulls, Pelicans y Bucks. Y demostró nivel para seguir teniendo sitio durante en la mejor liga del mundo. Pero en 2019 decidió regresar, todavía con 28 años, a Europa. Y lo hizo, en un asunto que trajo cola durante los siguientes años, con la camiseta del Barcelona, el eterno rival de un Real Madrid con el que no llegó a ningún acuerdo. Mirotic iba a firmar con Utah Jazz, donde tenía una oferta por tres temporadas y más de 40 millones de dólares. Pero en el último momento decidió que quería regresar a España porque su familia sería más feliz así. Y no miró atrás. En el Barça no logró el gran sueño de la Euroliga, y después de un muy feo divorcio por las cifras imposibles de su contrato y la terrible crisis económica del club azulgrana, decidió irse al Armani Milán, donde está completando una primera temporada difícil por unos problemas en el tendón de Aquiles que ya le afectaron en el Barça.

ÁLEX ABRINES. Después de cuatro años en el Barça, Abrines decidió en 2016 intentarlo en la NBA, donde jugó hasta 2019, cuando tenía 25 años. En su última temporada en Oklahoma City Thunder, su único equipo en la NBA, sufrió depresión y ansiedad. Se hizo a un lado, y meses después de romper su vínculo con los Thunder, firmó con el Barça para reiniciar a partir de la temporada 2019-20 su carrera en Europa. Ahora sigue en el club azulgana, donde es uno de los referentes y donde tiene contrato hasta 2026. También ha regresado a la Selección española.

VÍCTOR CLAVER. Drafteado en primera ronda de 2009, Claver decidió dar el salto a la NBA en 2012, con los Trail Blazers. Jugó tres temporadas y 80 partidos en Portland, entre los 24 y los 26 años, pero su presencia en pista fue decreciendo (16,6 minutos por noche de rookie, 7,6 en el arranque de la primera temporada) hasta que acabó traspasado a Denver Nuggets y cortado por los de las Rocosas en febrero de 2015. Solo unos días después, en marzo de 2015, fichó por el Khimki ruso. Después de un intento de regresar a España para jugar en el Baskonia, roto por los problemas para negociar con un Valencia que seguía teniendo sus derechos, firmó con un Lokomotiv Kuban con el que rindió a un excelente nivel (temporada 2015-16). Eso le abrió las puertas del Barça, donde fue un jugador importante durante un lustro. Un 2021 regresó a su casa, el Valencia Basket.

RUDY FERNÁNDEZ. Rudy era una sensación de 23 años cuando decidió, en 2008, dar el salto a la NBA. Acababa de hacer un mate que ya es legendario por encima de Dwight Howard en la increíble final olímpica en la que España, en Pekín, puso contra las cuerdas al a priori intocable Redeem Team de Estados Unidos. El mallorquín dejó el Joventut y se fue a unos Trail Blazers donde estuvo a buen nivel como rookie (más de 10 puntos por partido), participó en un concurso de mates… La cosa empezó bien pero se fue torciendo, en gran parte por los problemas de espalda que lastraron esos años de una carrera que llegó a estar seriamente en entredicho. En 2010, Rudy fue multado por pedir salir de Portland. En 2011 aprovechó el lockout para jugar en el Real Madrid y ese fue, desde entonces, su plan de futuro. De vuelta en la NBA, fue traspasado de Portland a Dallas y de ahí a Denver, desde donde acabó marchándose, reconociendo que no quería jugar más en la NBA, para firmar con el Real Madrid. El 4 de julio firmó con los blancos… y hasta hoy. Por el camino tres Euroligas, seis Ligas, cinco Copas (seis en su palmarés porque había ganado ya otra antes, con el Joventut) y todos los títulos posibles con una Selección con la que aspira a algo único: estar en sus sextos Juegos Olímpicos, en París. Salió de la NBA con 26 años y con 38 sigue al pie del cañón en el Real Madrid.

JORGE GARBAJOSA. Un caso particular. El que ahora es presidente de FIBA Europa, y que fue presidente de la Federación Española, se marchó a la NBA con 29 años, cuando ya era una estrella con galones de veterano en Europa: Baskonia, Benetton, Unicaja… Con ganas de cumplir el sueño NBA, firmó por tres temporadas con los Raptors en 2006. Después de unos muy buenos primeros meses, las lesiones jugaron un papel decisivo en un final abrupto y con mal sabor de boca: los Raptors no querían que estuviera en los Juegos de Pekín, así que rompió su último año de contrato con la franquicia canadiense para estar en la cita olímpica con España. Un asunto de seguros y problemas que le quitó las ganas de NBA: firmó con el Khimi y después pasó por el Real Madrid y de nuevo por Unicaja en cuatro años más (2008-12) en Europa tras sus dos temporadas en EE UU.

JUAN CARLOS NAVARRO. La ‘Bomba’ se quitó la espinita de la NBA en la temporada 2007-08, en la que jugó en los Grizzlies, promedió más de 10 puntos por partido y se despidió con una última noche en la que sumó 14 y 7 asistencias. Los Grizzlies lo convirtieron en agente libre restringido pero luego retiraron esa oferta cualificada y le permitieron regresar al Barcelona con un contrato de cuatro años y un quinto opcional en cantidades por entonces históricas para la entidad azulgrana. En la NBA fue un novato de 27 años que siguió los pasos de Pau Gasol, su inseparable amigo. Pero durante esa temporada 2007-08, Pau fue traspasado a los Lakers, Navarro se quedó solo en Memphis, a su familia le gustaba más Barcelona y la situación económica era mucho más clara con la oferta que llegó desde el Mediterráneo. Así que regresó y jugó otros diez años (2008-18) en los que hizo historia con el Barça y la Selección.

RAÚL LOPEZ. Las lesiones de rodilla convirtieron en un gigantesco what if (qué habría pasado si…) la carrera NBA de Raúl, uno de los jugadores con más talento en toda la historia del baloncesto español. Después de jugar en Joventut y Real Madrid se fue a la NBA en 2002, con 22 años. Había sido elegido en el draft de 2001 (número 24, 21 más atrás que Pau Gasol). Su primera temporada se la pasó en blanco por una lesión de ligamento cruzado en la rodilla derecha. En la segunda su rendimiento fue prometedor como suplente (jugó los 82 partidos con 7 puntos y casi 4 asistencias por noche). Pero después llegó otra lesión en la otra rodilla, la izquierda. Acabó siendo traspasado, en 2005, a Memphis Grizzlies dentro del movimiento más masivo de la historia de la NBA hasta entonces, uno que implicó a trece jugadores. Salió de los Grizzlies sin debutar y regresó a Europa, donde jugó en Akasvayu Girona, Khimi, otra vez Real Madrid y finalmente, en el Bilbao Basket durante cinco años (2011-16). Y ganó un oro europeo con la Selección, en 2009.

SERGIO RODRÍGUEZ. El Chacho pasó dos veces por la NBA. Primero se fue, con 20 años y nada más ser drafteado (número 27 en 2006). Básicamente un niño que había soñado toda su vida con la mejor liga del mundo. Dejó el Estudiantes y se marchó a los Blazers, donde jugó hasta 2009 y donde no llevó a congeniar con un entrenador, Nate McMillan, al que le gustaban los bases de ritmo más controlado y menos amigos de la improvisación. En 2009 fue traspasado a los Kings y en 2010 a los Knicks, donde disputó 27 partidos. Después regresó al Real Madrid, jugó hasta 2016 y demostró que era uno de los grandes bases de Europa. Entonces, ya con 30 años, probó suerte en Philadelphia 76ers, pero volvió a no ser lo que esperaba y tuvo que saltar otra vez a Europa. Y llegaron más años de esplendor, campeón de Europa con el CSKA y, después de un paso por el Milán, otra vez en su segunda etapa en el Real Madrid, donde sigue con 37 años.

WILLY HERNANGÓMEZ. Los últimos en volver han sido los hermanos Hernangómez. Los dos se fueron en 2016 y regresaron a Europa el pasado verano. Willy cruzó el Atlántico a los 22 años (había sido número 35 del draft en 2015) y vivió buenos momentos en sus primeros años, en los Knicks (más de 8 puntos y 7 rebotes por partido como rookie). Entró como pívot en el Mejor Quinteto de Novatos de la temporada. Pero después pasó por Charlotte Hornets y New Orleans Pelicans sin conseguir establecerse como un jugador importante de rotación, con un puesto estable. Sus problemas defensivos y su estilo de vieja escuela en una NBA en la que los interiores cada vez juegan más de cara y con el triple como arma indispensable jugaron en su contra. Después de ser MVP del Eurobasket 2022, y en plena madurez, tenía mucha esperanza puesta en la siguiente temporada, pero su éxito con la Selección no se trasladó a una mejor temporada en la NBA. Así que, sin ofertas de primer nivel en verano, decidió cambiar el paso y aceptar una propuesta excelente en lo económico del Barça, el rival del Real Madrid en el que se formó, y regresar al entorno Euroliga con 29 años.

JUANCHO HERNANGÓMEZ. Como Willy, Juancho se fue en 2016 y, cansado de pelear por un rol importante que no aparecía, el pasado verano decidió cerrar un tramo de siete años en la NBA y regresar a Europa. En su caso, y aunque se habló de una oferta del Barça para jugar con su hermano, decidió firmar con el Panathinaikos, donde está completando su primera temporada de vuelta en el Viejo Continente. Saltó a la NBA con 21 años y ha regresado con 28. Jugó en Denver Nuggets casi cuatro temporadas y luego empezó un periplo de inestabilidad y traslados que le llevó a Minnesota, Boston, San Antonio, Utah, Toronto…