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ENTREVISTA

Rudy Fernández: “La Selección siempre da la cara”

Rudy Fernández habla con AS antes del debut de España en el Eurobasket: " A lo mejor no estamos al nivel de Eslovenia, Grecia… pero al final esto es competir”.

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Rudy Fernández: “La Selección siempre da la cara”
JESUS ALVAREZ ORIHUELADiarioAS

Rudy Fernández (Palma de Mallorca, 1985) afronta otro verano con la Selección española. Desde su debut en los Juegos de Atenas 2004, solo ha faltado a una cita con el equipo nacional, el Eurobasket de 2017. Un compromiso que se ha convertido en una de las señas de identidad de una carrera extraordinaria, ya entre los grandes de la historia del baloncesto europeo. Con 37 años, es el gran referente y capitán de la Selección en el Eurobasket 2022, especialmente después de la lesión de Sergio Llull. El alero charla con AS sobre su trayectoria con España y las sensaciones a las puertas de un campeonato que no tiene, esta vez, al equipo de Scariolo entre sus grandes favoritos. Pero el compromiso y la actitud, el trabajo, estarán ahí. Como siempre: palabra de Rudy.

Otro verano con la Selección española

Sí. Ya son muchos años. Lo he afrontado con ilusiones renovadas, como cada verano, y con ganas de disputar un Eurobasket difícil. Porque esta cita va a ser muy complicada.

Ese compromiso inquebrantable con la Selección va a quedar como una de las señas de identidad de su carrera

Durante todos estos años, siempre he intentado estar a disposición del seleccionador. Al final, me debo a poder representar a mi país, siempre me siento orgulloso. En el verano de 2017 tuve que tomar una decisión muy difícil y no ir al Eurobasket para descansar. Tenía mucho baloncesto en la cabeza y en mi cuerpo, por las lesiones y también por una cuestión mental. Pero, ahora, intentaré estar a disposición de las llamadas del seleccionador siempre que él lo considere. Y con la ilusión del primer día.

El pasado verano alcanzó el hito histórico de los quintos Juegos Olímpicos. Después de Tokio, se fueron Pau, Marc Gasol y Sergio Rodríguez. ¿Llegó a pensar en sumarse a ese cambio de ciclo y hacerse también a un lado en la Selección?

No. Ellos tomaron sus decisiones por sus motivos. Lo de Pau todo el mundo sabía que podía pasar, lo de Marc fue un más inesperado. Yo me veía capaz de estar este verano, de seguir intentando ayudar al equipo. El seleccionador es el que llama a los jugadores. Si él ve que no estoy para aportar cosas a la Selección, no tendría ningún reparo en dar un paso atrás. Pero ahora ve que puedo seguir aportando, y para eso estoy.

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Estamos a solo dos años de París 2024. Sería usted el primer jugador de baloncesto con seis Juegos Olímpicos disputados. ¿Se lo ha planteado ya?

Lo único que me planteo es ir día a día. Sé que está esa opción, por supuesto, no voy a engañaros y decir que no. Pero ahora escucho mucho a mi cuerpo, cómo voy sintiéndome. Tengo un año más de contrato con el Real Madrid, la temporada pasada a nivel personal creo que estuve bien, físicamente me siento bien. Surgen algunos problemas, que también es normal, pero me centro en el día a día. En ese sentido, los Juegos de 2024 sí me quedan lejos.

Su primera concentración con la absoluta fue, de hecho, para unos Juegos: Atenas 2004.

Fue muy inesperado. Estaba haciendo una buena temporada con el Joventut, pero viendo los jugadores que había en esa Selección… El presidente de la Federación y el seleccionador, Mario Pesquera, me llamaron y me dijeron que, por lo menos, me querían en la preselección. Luego estuve entre los doce, en mis primeros Juegos… y con un equipo muy competitivo. La pena fue que nos encontramos a Estados Unidos en los cruces, pero fue una experiencia brutal. Vivir aquello con Carlos Jiménez, Roberto Dueñas, Pau Gasol y Juan Carlos Navarro… Los veteranos me ayudaron mucho en mi trayectoria deportiva.

Unos Juegos que, además, su hermana Marta disputó con la Selección femenina.

A nivel familiar, con los dos en nuestra primera cita olímpica, os podéis imaginar lo que fue. Yo era muy joven y era mi estreno con la absoluta, pero Marta llevaba más años con la femenina. Poder compartir algo tan bonito como unos Juegos con una hermana es algo muy especial.

¿Le sigue dando consejos o echando broncas por mensaje después de sus partidos?

No, ahora sobre todo intentamos no hablar mucho de baloncesto. Los dos lo hemos mamado desde muy pequeños, así que intentamos desconectar y hablamos de nuestros hijos, nuestras familias… de cómo está todo lo que no es baloncesto.

Entonces, hace 18 años, usted era el joven debutante. Ahora es el capitán. ¿Intenta inculcar en los que se suman al equipo esas lecciones que aprendió en sus primeros veranos con España?

Creo que para los jóvenes ahora no es tan nuevo estar en la Selección. Se juntan en las Ventanas de clasificación, así que ya conocen un poco cómo es la filosofía de la Selección. Lo que está por delante es España, la familia. No tiene que haber egos. Creo que en estas dos últimas décadas hemos tenidos siempre jugadores que han sido referentes pero que han sabido hacer su juego en equipo. Eso es lo que nos ha llevado a conseguir tantos éxitos. Creo que los nuevos que vienen saben la filosofía que tiene esta Selección, no necesitan que yo vaya a decírselo.

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Una forma de competir y de vivir que ha hecho que esta Selección tenga continuidad, sea reconocible, a lo largo de los años y a pesar de los inevitables cambios de personal…

Es eso, la filosofía de ser amigos. De juntarnos. Además de compañeros somos buenos amigos, seguimos en contacto… eso es lo que hace especial a la Selección, y eso es lo que tiene que seguir siendo este equipo. Nosotros lo veíamos fuera de la pista. La gente eso no lo ve, pero sí ve que había sintonía. De amigos, de familia.

Hablábamos de Juegos Olímpicos. Tiene dos platas y un bronce, pero el oro se ha resistido. En sus cinco Juegos, siempre han sido derrotados por Estados Unidos. ¿En qué partido se sintieron más cerca de poder con ellos?

Para mí, la final de 2008 fue increíble, y en Londres 2012 estuvimos muy cerca, perdimos por pequeños detalles y jugadas individuales. Pero diría los Juegos de Atenas 2004. Habíamos ido como un tiro en el grupo y Estados Unidos no estaba como otras veces. Pero tiene jugadores muy potentes individualmente y que en cualquier momento te hacen un gran partido. Y así fue con Stephon Marbury, que nos metió treinta y pico puntos. Yo creo que en esos Juegos si llegamos a pasar a EE UU… Pero me quedo con lo que hemos vivido, después vinieron tres medallas olímpicas.

En aquella final de Pekín hizo su famoso mate por encima de Dwight Howard, nada menos.

Para mí una de las mejores finales que he disputado como jugador.

Mucha gente asegura que es el mejor partido de la historia del baloncesto de selecciones

Puedo coincidir, porque EE UU tenía una grandísima Selección. Fue un partido muy divertido de jugar y a la vez muy emocionante porque hasta el último cuarto plantamos cara a una Selección que había arrasado en todos los partidos. Es una de las mejores experiencias que he tenido como jugador, tanto en Selección como en clubes.

Justo después de esos Juegos, inicia su aventura en la NBA. ¿Le conocían más en allí gracias a ese partido y al famosísimo mate?

Sí, me hablaban del mate, sobre todo cuando Marc Gasol y yo fuimos al programa para rookies, una concentración de una semana en la que te explican cómo funciona la NBA. Allí noté la repercusión que había tenido el partido y, para mí, la jugada del mate… Luego cuando llegué a Portland, también. La verdad es que en Estados Unidos siempre han tenido mucho respeto al jugador español, pero entonces, incluso siendo yo un novato, todavía tenían más.

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Streeter LeckaDiarioAS

En el Eurobasket no estará Ricky, seguramente el referente de la Selección en las últimas grandes citas. ¿Cómo le vio esta temporada antes de su grave lesión de rodilla?

Lo mismo que en los últimos años, mucha madurez y mucha confianza en su forma de ver los partidos. La lastima, y eso es lo que tiene el deporte, es que cuando estás en un momento tan bueno tienes una lesión así. Pero creo que mentalmente está muy preparado. Se está recuperando con la máxima ilusión, con su sonrisa de siempre… me alegra mucho que haya podido firmar con Cleveland por tres años, un muy buen contrato.

Supongo que será un compañero especial por todo lo que han compartido desde que formaban aquella increíble pareja de canteranos del Joventut…

Claro, imaginaos. Me acuerdo cuando llegó al Joventut, con 15 años… yo era de los jóvenes, pero con él era de los veteranos (risas). Intenté ayudarle en lo que podía, estar siempre con él… El último año que pasamos juntos, y ganamos títulos, fue algo que tenemos en el recuerdo y que siempre valoramos mucho. Se vio que gente de la casa podía conseguir cosas importantes.

Para colmo, después, en la recta final de la preparación, ha caído también Sergio Llull, que por galones tenía que compartir con usted el rol de líder veterano del equipo.

La lesión de Sergio para nosotros es un palo. Siempre es así cuando un jugador de tu equipo se lesiona, pero más cuando es un referente, capitán y un jugador diferencial. Todo el mundo conoce su carácter a la hora de competir. Siempre ha sido muy importante en la Selección, incluso cuando empezaba, así que os podéis imaginar lo que supone no poder contar con él ahora. Hay mucha exigencia de partidos, el jugador tiene que vivir con las lesiones y nunca sabes cuándo pueden venir. Y esta ha venido en un momento difícil para él y para el equipo. Pero los que estamos vamos a intentar competir con la actitud y el esfuerzo que son la insignia de este equipo.

Suma diez medallas con la Selección absoluta. Una cifra histórica. ¿Hay alguna a la que tenga especial cariño, un torneo que sea fetiche para usted?

Es complicado, porque poder disfrutar de cada competición es increíble, una sensación brutal. Pero los Juegos tiran mucho. También teníamos muchas ganas a los Eurobasket de 2009 y 2011 después de cómo perdimos en Madrid en 2007. Ser campeón del mundo es algo que jamás habría imaginado antes… Lo hablaba con Marc en 2019: ‘cómo ha podido pasar esto’. Ahí te das cuenta del valor que tiene estar en esta Selección. Siempre vamos a competir, haya malos o buenos resultados. A final, la Selección siempre compite, da la cara e intenta que nuestra bandera esté lo más alto posible.

El Mundial 2006 fue un punto de inflexión en la historia del baloncesto español. Allí en Saitama, ¿eran conscientes de todo lo que se estaba generando aquí en España o les atropelló cuando regresaron?

Sí, nos atropelló. Sabíamos que la gente estaba muy pendiente de nosotros. Pero cuando llegamos, el recorrido en el autobús, la celebración con toda la gente… fue algo muy especial, nos dimos cuenta de la repercusión que estaba teniendo la Selección. Creo que las palabras que dijo Pepu fueron muy acertadas: ‘ba-lon-ces-to’. Aquí en España al final tira más el fútbol, pero creo que a raíz de aquello la gente se volcó muchísimo más con el baloncesto, lo hemos sentido así. Y por eso van saliendo jugadores jóvenes. La gente apuesta por el baloncesto.

Trece años después, en China 2019, España se proclama campeona del Mundo por segunda vez. Además, en un torneo al que no llegaba como una de las grandes favoritas. ¿Fue más especial por eso?

Sabíamos que a lo mejor no éramos los favoritos, pero sentíamos que teníamos una Selección que podía dar, por lo menos, el esfuerzo para llegar lo más arriba posible. Creo también que fue un torneo en el que los astros se fueron alineando. El camino no fue de lo más difícil, empezamos a coger confianza… Marc y yo recordábamos las declaraciones de Djordjevic antes de jugar contra Serbia, cuando dijo que a ellos no les engañaba nadie y que sabían que España era mejor de lo que se decía… y así fue.

Ahora, para este Eurobasket 2022, el nombre de la Selección española vuelve a no aparecer entre las favoritísimas…

Son épocas. Este año es normal que no se nos dé como favoritos tras perder a jugadores como Marc y Ricky. Lo que tengo claro es que lo único que me voy a pedir a mí y les voy a pedir a mis compañeros es competir. A lo mejor no estamos al nivel de Eslovenia, Serbia, Grecia… pero al final esto es competir, jugar 40 minutos. Somos conscientes de que esta Selección se está adaptando a los nuevos jugadores y ellos se están adaptando a la filosofía de Sergio Scariolo… Pero también tenemos la responsabilidad de vestir la camiseta de la Selección. El premio para este verano es ser competitivos.

Es que hablamos de un Eurobasket con Luka Doncic, Giannis Antetokounmpo, Nikola Jokic…

Hay selecciones muy potentes. El año pasado teníamos un gran equipo cuando nos encontramos a Eslovenia. Y nos ganó, sobre todo porque tienen a uno de los mejores jugadores del mundo, Luka Doncic. Ahora nos hemos enfrentado a Giannis Antetokounmpo, que es un grandísimo jugador y que va con una grandísima selección griega. Serbia tiene a un dos veces MVP de la NBA… al final, un Eurobasket es muy complicado. Francia tiene una selección muy potente, Turquía... No tenemos que centrarnos en otros equipos, solo en nosotros. Lo más importante es el trabajo y la actitud. Eso es lo que nos va a hacer ser competitivos o no. ¿Llegar a una medalla? Ojalá, pero el planteamiento no tiene que ser ese. En el Mundial no nos planteábamos ganar, solo competir. Y al final el oro fue una recompensa increíble. Este año tiene que ser algo parecido. Ir poco a poco, sentirnos bien y poder competir.

En el vestuario del Real Madrid conocían a Doncic mejor que nadie. Sabían lo bueno que era y que iba a ser. Pero, incluso contando con eso, ¿pensaban que podía lograr tanto como ha logrado en sus primeros cuatro años en la NBA?

Luka es una gran persona. Seguimos hablando con él y sigue siendo él mismo, y eso es lo que le hace tan especial pese a todo lo que tiene a su alrededor. A nivel deportivo… mentiría si dijera que esperaba que explotara tan rápido en la NBA, a ese nivel y en tan poco tiempo. Pero cuando tienes ese talento innato, ese liderazgo que él ya tenía en el Real Madrid con 17 o 18 años… no me sorprende tanto porque eso lo hace muy bien. Liderar, pasárselo bien en pista, hacer que los compañeros se lo pasen bien. Para mí está entre los tres mejores del mundo, sin duda. Yo lo pondría el primero porque tengo mucha amistad con él. Hace de todo, hay muy pocos que puedan hacer tantas cosas y tener tanta repercusión en su equipo.

Uno de esos era Pau Gasol. Usted vivió a su lado aquella legendaria exhibición en semifinales del Eurobasket 2015, en territorio comanche contra Francia.

Te puedes imaginar. Veníamos de un torneo complicado, yo personalmente tenía problema de espalda, Francia jugaba en casa y en un estadio de fútbol a reventar… Pau cogió los galones, la responsabilidad del líder que siempre ha sido. Y ahí está el reconocimiento de los Lakers, que le van a retirar la camiseta. Es una leyenda de nuestro deporte y jugar ese partido con él, viendo como estaba, las ganas que tenía, pidiendo siempre el balón y la responsabilidad… fue algo increíble, histórico.

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¿Tener a Pau a su lado les hacía sentir invencibles?

Invencibles, invencibles no, porque al final somos humanos. Y Pau, aunque a veces no lo pareciera, era humano también. Pero sí que nos daba mucha tranquilidad. Tenerlo, saber que si las cosas estaban mal lo tenías a tu lado… así todo el equipo estaba a gusto. Y con Pau siempre nos sentíamos así. Con Juan Carlos Navarro en momentos complicados, también. Y con Sergio Llull… son jugadores que te hacen sentir tranquilo aunque tengas mucha presión.

¿Cree que se ha ido valorando más a Sergio Scariolo a medida que han ido pasando los años? En sus primeros éxitos parecía que el equipo era tan bueno que no hacía falta mano de entrenador. Pero en el Mundial 2019, por ejemplo, hubo batallas tácticas tremendas contra Serbia, Australia…

Sergio ha demostrado tener una filosofía muy adaptable a la forma de trabajar de la Federación. Está muy comprometido con todo, también con todo lo que conllevan las categorías inferiores. A lo mejor sí que al principio no se le valoraba tanto por los buenos jugadores que tenía pero en el Mundial 2019, con tantos partidos muy tácticos, se le reconoció más. Yo veo cómo trabaja siempre, la ilusión que tiene cada verano haya más o menos opciones de medalla… con eso me quedo. Sergio ha dado mucho a la Selección, y espero que siga dando mucho más.

Una de las grandes novedades en esta Selección es Lorenzo Brown. Usted criticó su nacionalización y luego matizó sus palabras. ¿Cómo le ha visto a él en esta concentración?

Muy adaptado. Es una gran persona. He tenido la suerte de conocerlo, he estado bastante con él y está muy involucrado con la Selección. Tiene muchas ganas de venir este año y también los próximos… Ha tomado una decisión muy importante en su vida para tener pasaporte español y no el americano. Yo ya dije lo que pensaba en su momento, pero soy competitivo y si hay jugadores que quieren venir y aportar su grano de arena… Lorenzo nos va a dar cosas para luchar contra los mejores.

Después del Europeo, casi sin tiempo de descanso, llegará una nueva temporada con el Real Madrid. Una con muchos cambios, literalmente una nueva etapa tras la salida de Pablo Laso. ¿Qué ha significado el vitoriano para usted?

Esta última década la hemos pasado juntos. Llegamos al Real Madrid el mismo año, aunque yo me tuve que volver a la NBA a mitad de temporada. Creo que ha sido el entrenador perfecto para el Real Madrid de baloncesto. Nos ha hecho comprender un poco cómo es el club, competir por todo. Los jugadores solo tenemos agradecimiento por su trabajo y su entrega. Porque se ha entregado hasta el final.

Imagino que se fueron de vacaciones con buen sabor de boca después de una temporada muy difícil. Tuvieron problemas, pero ganaron la Liga y perdieron la Copa y la Euroliga en el último segundo de la final, en ambos casos. ¿Nota alta?

Conseguir un título siempre es lo más importante. Creo que hicimos muy buena Copa, pero se nos escapó la final por pequeños detalles. Luego vino la mala racha de resultados, que tuvo que ver con esa derrota en Copa porque creíamos que podíamos haber ganado la final. Mentalmente, en una temporada tan larga, hay altibajos. Es cierto que en el Real Madrid no estamos acostumbrados a que duren tanto, pero el equipo cambió el chip en el momento más indicado, en el playoff de cuartos contra el Maccabi. Eso nos dio mucha confianza. Llegar así a la final de la Euroliga y perder de uno nos hizo darnos cuenta de que en la Liga no iba a pasar como en la Copa. Y así fue. La valoración es muy buena, ganamos la Liga contra un Barça que no se nos estaba dando bien.