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Movistar Estudiantes año 0. Después de tres años de proyecto continuista, los colegiales han regresado al punto de partido con una revolución total en la plantilla: nueve salidas y ocho nuevos fichajes, incluido el intercambio de cromos en el banquillo. Josep María Berrocal, que llegó el pasado verano para sustituir a Salva Maldonado, solo duró una temporada. Los baches en el rendimiento deportivo del equipo le sentenciaron: eliminados en la segunda ronda previa de la Champions FIBA, los estudiantiles sufrieron para salvarse en la penúltima jornada de la Liga Endesa. Eso, unido a la falta de autoridad dentro del vestuario, le sentenció.

Aleksandar Dzikic será su sustituto en un banquillo que ve por segunda vez en su historia un técnico foráneo (Perasovic fue el primero en la 2007-008) y que no encuentra estabilidad: seis residentes desde 2015. El serbio tendrá la tarea de encontrar la tranquilidad deportiva en un conjunto acuciado por su mala situación económica (la deuda con Hacienda alcanza los 8 millones). Un problema que lastra a un club histórico dentro del baloncesto español y que en los últimos años ha tocado. Fuera de los despachos, el Estu debe reinventarse después del sistema ultra-triplista de Maldonado (primer conjunto en la ACB que superó los 1.000 triples intentados) y el dubitativo de Berrocal, que nunca encontró una verdadera continuidad. Lo principal, la defensa: los ramireños recibieron el pasado año 87,7 puntos, su cifra más alta en todo el siglo XX. Solo el Fuenlabrada lo hizo peor en el campeonato. Los dos últimos cursos, han quedado en el Top-5 de defensas más accesibles de la ACB.

Para paliar ese problema ha aterrizado Phil Pressey para el perímetro y Juan Palacios, Khadim Show y Kenny Kadji para el interior. Músculo que se une a la habilidad de Darío Brizuela y el canterano Adams Sola para defender en el uno contra uno. En ataque, los propios Pressey y Brizuela más Philip Scrubb (muchos puntos), Nemanja Dangubic (experiencia Euroliga) y Duje Dukan (una agradable caja de sorpresas) serán referentes para tratar de alargar la temporada más allá de febrero. La resurrección de Édgar Vicedo y el paso delante de Víctor Arteaga se esperan también en una grada colegial que podría disfrutar de la entrada de esperanzadores canteranos como el lituano Dovydas Giedraitis (un increíble anotador) y el chileno Ignacio Arroyo (un metrónomo valiente e inteligente).

Aleksandar Dzikic toma el mando del banquillo colegial. Nacido en Belgrado en 1971, el nuevo entrenador del Estudiantes llega en sustitución de Josep María Berrocal y con unas maneras algo más intensas y directas que las del catalán. El serbio es un entrenador de prestigio con una larga carrera de alto nivel en el baloncesto europeo (Olimpija Ljubljana y Buducnost –clasificó al equipo para la pasada Euroliga-). Incluso pasó por la NBA: fue técnico asistente de Minnesota Timberwolves durante dos temporadas a las órdenes de Dwane Casey (2005-07).

Darío Brizuela (San Sebastián, 24 años y 1,96 m) explotó definitivamente la temporada pasada. Con mayor protagonismo en ataque en comparación con los años de Maldonado (Edwin Jackson y Sylven Landesberg le tapaban), se convirtió en el cuarto máximo anotador global y primer español de la Liga Endesa con 14,7 puntos de media. Rápido, habilidoso y valiente, debutó con la Selección durante las Ventanas clasificatorias para China. Estuvo cerca de cambiar el Ramiro por el Valencia, pero 600.000 euros le mantienen como estrella estudiantil.

La nueva manija del Estudiantes. Base anotador y con buenas prestaciones defensivas, Phil Pressey (Texas, 28 años y 1,80) cumplirá su segunda etapa en la Liga Endesa tras jugar con el Barcelona en la 2016-17. El norteamericano tiene pasado NBA, aunque no llegó a ser drafteado en 2013: pasó por Boston Celtics, Philadelphia 76ers y Phoenix Suns antes de probar suerte veraniega con Golden State Warriors en 2016. Llega desde el Besiktas turco y con él hay un cambio en el estilo que dominaba el juego estudiantil en los últimos años cuando Omar Cook (predominantemente pasador) era el director de operaciones.

¿Cómo ve al Estudiantes para la próxima temporada?

Hay mucha ilusión, sobre todo con la llegada de Aleksandar Dzikic. Está trabajando muy bien con el equipo, trasmitiendo muy buenas sensaciones y los jugadores están francamente contentos. Ya sabemos cómo son los técnicos balcánicos, la dureza e intensidad que imprimen en sus entrenamientos. Esto hace que los jugadores estén desde el principio mucho más metidos y, sobre todo, esa mentalidad balcánica de trabajo duro… ya solo eso, a pesar de sufrir, los jugadores lo agradecen. Ha habido buenas incorporaciones y esperemos que se acoplen bien y den buen rendimiento.

¿Cuál es el fichaje que más ilusión le hace?

Palacio. Es un hombre grande que puede generar desde dentro. Es lo que echamos más de menos la pasada temporada. Será importante para el balance del equipo. Seguro, además, que puede ayudar a Víctor Arteaga. Él es una perla que tenemos ahí, que tiene destellos y que tiene muchísimo por dar. Todos lo estamos. Calidad y físico tiene, ahora solo queda que coja confianza.

¿Qué objetivos tendrá el equipo?

Creo, en buena lógica, que debe ser la búsqueda de cierta estabilidad. Afianzarse en mitad de tabla y no pasar los apuros de otros años. Y entiendo que lo que busca la dirección deportiva es esa tranquilidad y, quizás, meterse en el playoff, pero eso queda muy lejos. Pero lo primero, tener un año tranquilo para planificar a medio y largo plazo.