Baloncesto | Liga Endesa

El Madrid de Laso no necesita una revolución

El Madrid cerró la campaña 2011-12 el pasado sábado con la sensación de que no precisa acometer una profunda reestructuración para seguir creciendo. El proyecto Laso tendrá continuidad, llegarán Rudy y otros dos fichajes, y habrá un par de salidas.

Nacho Albarrán

Hacía muchos años que el Real Madrid no encadenaba dos finales de temporada sin la necesidad de acometer una profunda reestructuración. Y recién acabada la 2011-12 las sensaciones son aún mejores que las de antes de su inicio, porque además no hará falta buscar nuevo entrenador como ocurrió tras el fiasco de la dupla Me­ssina-Molin. El proyecto Laso (renovado hasta 2014) tendrá continuidad y, dando por hecho el regreso de Rudy Fernández, la dirección deportiva blanca pretende cerrar sólo dos fichajes más, el base Dontaye Draper y el pívot Marcus Slaughter. Habría que dejar tres fichas libres y como hay once ocupadas bastaría con dar dos bajas. Singler se va a la NBA (Detroit) y saldrá un pívot: Tomic o Begic. Hay dudas sobre Velickovic y Pocius, aunque ambos podrían continuar.

En el club, la temporada se considera buena pese a la eliminación en el Top-16 de la Euroliga, con el título de Copa y el subcampeonato de Liga. Se sigue confiando en una plantilla joven que va adquiriendo experiencia y en el estilo de juego alegre y vistoso impuesto por Pablo Laso. Los elogios que dedicó al equipo blanco su homólogo del Barcelona, Xavi Pascual, el pasado sábado ("Es la mejor plantilla del momento, son un equipazo, joven y con talento") no hacen más que refrendar la sensación de que el Madrid va por buen camino.

Movimientos.

Rudy volverá salvo que le presenten un ofertón en la NBA y llegará Draper a no ser que se ponga a tiro Bo McCalebb -en Siena aseguran que se irá del Montepaschi-. Para acomodar a Slaughter el Madrid tendrá que prescindir de un pívot y Ante Tomic tiene muchas opciones de ser el sacrificado. Su pobre actuación en el quinto partido de la final liguera ante el Barça le ha puesto en el disparadero. Nadie duda de su calidad, pero si de su capacidad de intimidación y de su contundencia. Mirza Begic goza de mayor crédito, más sabiendo que jugó los play­offs mermado por una lumbalgia.