Dani Ceballos y Fabián Ruiz han dibujado una sonrisa en la cara al fútbol español. No se trata de buscar odiosas comparaciones con la España de Xavi, Iniesta o Silva.
Ya no se trata del escrutinio a cada minucia ni de la presión propia de la competición ni de la obligatoriedad de ganar y gustar siempre, lo inmanejable de ser entrenador del Real Madrid es el fuego amigo.
En clave barcelonista
Tres Copas de Europa después, Zidane se marchó del Madrid en cuanto se olió la tostada de lo que vendría sin Cristiano Ronaldo. Asumió todo el peso de la decisión sin una mala palabra.
Desde su llegada al cargo, el presidente de la Federación demostró que le da igual ocho que ochenta. Su primera patada al tablero fue cargarse a un seleccionador a dos días del Mundial.
Han pasado cinco meses desde el retorno de Zidane al Real Madrid y la sensación es la de una vuelta a la casilla de salida.
Puede que el nombre de Jaime Colás no sea demasiado conocido para el público en general, pero el Inter de Milán ha confiado en este español para potenciar la captación del ingresos del club.
A Zidane no le interesa esconder sus cartas. Miró a los ojos tanto a Ceballos como a Bale para decirles que no contaba con ellos antes de irse de vacaciones.
Falta una pieza por pegar y no es una pieza cualquiera. Neymar quiere ir al Barça y Messi quiere a Neymar por encima de cualquier otro.
Cuentan los que le conocen que Josep María Bartomeu te gana en la distancia corta. El fútbol obnubila a cualquiera.
Cuesta entender cómo el presidente del Barça sería capaz de regatear los límites salariales y juntar en una misma plantilla a Messi, Suárez, Griezmann y Neymar,
Después de su travesía del desierto por el PSG, el próximo Neymar tendrá ganas de volver a ser el jugador descomunal que fue...
El Real Madrid ha tenido que tocar su suelo en la temporada post Cristiano para evidenciar la necesidad de una regeneración.
El delantero de ascendencia dominicana forma parte de la retahíla de grandes jugadores a los que el Real Madrid necesita colocar para hacer caja y acometer todas las contrataciones que desea.
El capitán del Real Madrid se cansó de susurros, de los que cuestionan su talante, su compromiso e incluso, en el tramo final de temporada, su profesionalidad.
Las cuentas por ventas y los gastos en fichajes se convierten en inversión cuando se habla de uno de estos dos futbolistas.
Debe ser muy difícil salir del Real Madrid y no convertir el trance en algo traumático. El club blanco se ha equivocado históricamente descuidando las despedidas de iconos de su historia.
Un gol que es una radiografía
Zidane debe parar la sangría. El primer e incluso el único criterio para jugar en este tormentoso final de temporada tiene que ser el deseo de competir.
En la mediocre temporada del Real Madrid sólo ha emergido la figura de Karim Benzema, no desde el talento que ya se le suponía, sino desde el liderazgo y desde la ambición.
En esa ecuación de espacio y tiempo que Messi maneja como nadie en la historia del fútbol, el argentino ve un pasadizo donde la mayoría sólo ve piernas.
Tras el pasado Mundial de Rusia, Eden Hazard hizo todos los esfuerzos para formar parte del Real Madrid.
El presidente del Real Madrid va a hacer buena la máxima de que "los millones en el campo y no en el banco", aunque la hipoteca para el estadio digital del futuro va a ser de órdago.
No funcionó el equipo nuevo, donde sólo se mantuvieron las ganas de récord de Sergio Ramos y la necesidad de recuperar a Marco Asensio y a Morata para la causa.
Madrid se convirtió, sin quererlo, en una gran coincidencia.
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