La salida de la que el Real Madrid se va a arrepentir

Se marcha al Inter. Puede que el nombre de Jaime Colás no sea demasiado conocido para el público en general, pero el Inter de Milán ha confiado en este español para potenciar la captación del ingresos del club neroazzurri, donde liderará todo el área de negocio. El nuevo CCO se pondrá al frente de las áreas de patrocinio, ticketing, merchandising y licencias con el objetivo de fortalecer el músculo financiero del Inter, una misión en la que ya tiene experiencia. En el Real Madrid ostentó hasta el pasado mes de junio el cargo de director de patrocinio a nivel global y fue pieza clave para conseguir que el Madrid volviese a liderar el ránking en ingresos por patrocinio del mundo, tras ocupar durante dos ejercicios la tercera posición. De esta salida no podrán culpar a Zidane.

Un Madrid de autor. Zizou no está dispuesto a navegar esta travesía con otra tripulación que no sea en la que él cree. Quiere como sea a Pogba, cree más en Isco y Lucas que en Vinicius y Rodrygo. El particular gusto del técnico francés es la explicación a la renuncia a Ceballos, tras su convincente Europeo Sub-21 y más teniendo en cuenta la grave lesión de Asensio. Es cierto que a veces habría que conocer la intrahistoria de la relación entre el entrenador y los futbolistas para comprender determinadas decisiones, que no pueden ser sólo caprichosas. Bale, sin lesiones, es un activo al que no hay necesidad de 'mal colocar'. Otra cosa es que, por defender al galés, algunos comparen sus números con los de su técnico en su etapa como jugador del Madrid. Una ridiculez. Zidane es uno de los cinco mejores futbolistas de la historia del fútbol y Bale tendría problemas para estar entre los veinticinco.

Asensio y la adversidad. Es imposible sacarle una lectura positiva a la lesión de un talento tan importante. Al mallorquín le salió la peor mano que puede tocarle a un futbolista joven, tan necesitado de confianza tras la gris temporada anterior. Ese enorme contratiempo debe servirle para ponderar la fortuna de tener un don que, sin el aderezo de la constancia y el deseo de mejorar, podría convertirle en un jugador más. Marco afronta una prueba de vida, que no tiene que ver con la titularidad, sino con enfrentarse a todos sus fantasmas. Cuando vuelva será otro y no tiene porque ser peor. Más bien, todo lo contrario.