El bronce de Elena Congost estaba forjado a base de coraje, de días frenéticos, de dormir poco, de hacer posible lo imposible. Valía por cuatro.
PorAlbert Sancho
Daniel García
Mario Espinosa de los Monteros
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El bronce de Elena Congost estaba forjado a base de coraje, de días frenéticos, de dormir poco, de hacer posible lo imposible. Valía por cuatro.
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