Los Juegos de la esperanza se despiden de Tokio rumbo a París
La pandemia ha marcado unos Juegos en los que la estadounidense Jessica Long ha igualado a Phelps y China ha arrasado en el medallero. París será el próximo destino en sólo tres años.
Un final siempre es el preludio de un nuevo comienzo. Los Juegos Paralímpicos de Tokio echaron el telón este domingo. Se cerró la fiesta de la diversidad y de la capacidad, que comienza su corta travesía hacia París 2024. Un camino marcado por la esperanza de dejar atrás una pandemia que volvió a privar del público en las gradas del Estadio Nacional. Para contrarrestarlo, música electrónica y luces, con los 2.000 deportistas como grandes protagonistas. Su ejemplo sirve como libro de instrucciones para la vida, para no desfallecer jamás por complicado que sea el reto al que enfrentar. Esta ceremonia de clausura narró precisamente la historia de un niño, que tras vivir los Juegos, se contagia de ese espíritu.
El presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, acompañado de Fumihito, el príncipe Akishino y hermano menor del emperador Naruhito, saludó justo antes de que hiciese entrada la bandera nacional de Japón. Momento en que el se produjo el desfile de los deportistas de todos los países, incluidos los afganos, la taekwondista Zakia Khudadadi y el atleta Hossain Rasouli y la abanderada del equipo español, la nadadora Marta Fernández.
Estos Juegos también han dejado otros detalles. La nadadora estadounidense Jessica Long dio una brazada más que Michael Phelps, superándole en número de medallas, donde China arrasó con 207 metales —se llevó 96 oros de los 539 en juego—, seguido por Gran Bretaña (124) y Estados Unidos (104). España se sitúa decimoquinta del ranking por países con sus 36 preseas, cinco más de las conseguidas en la cita de Río 2016. Once de ellas con la firma de debutantes, por lo que el relevo generacional parece garantizado.