La alternativa al Clásico

El pasado 3 de enero, tras ganar al Granada en la Liga ACB, el Baskonia celebró su clasificación para la Copa del Rey como un éxito. Un equipo con la tradición del alavés, que ha levantado seis veces este trofeo, debería ser un fijo en la cita, donde su afición siempre es una gran animadora, pero últimamente no ha sucedido así. Los vitorianos no han jugado dos de las tres últimas ediciones, lo que confirma el enorme nivel que tiene siempre la Copa. Más o menos por aquellas mismas fechas, su base Pierriá Henry declaraba, crecido, que el Baskonia podía ganar esta temporada “los tres títulos”, justo antes de caer en una inercia negativa, con cinco derrotas en siete partidos. Ya veremos cuál de las dos versiones comparece en febrero en la Copa.

Curiosamente, el Baskonia fue, en 2009, el último campeón que no se llama ni Barcelona, ni Real Madrid, que se repartieron los triunfos tras ese año. Los vascos han caído en la parte amable del cuadro, aunque con un exigente debut ante el anfitrión, el Joventut, supermotivado por el regreso del torneo a Badalona después de 38 años. Esta localidad barcelonesa quizá no tenga el nombre como ciudad que otras sedes, pero sí es una de las cunas del baloncesto en España, un lugar donde se vive este deporte. Baskonia y Joventut disponen de una gran oportunidad para llegar a la final, al igual que Tenerife y Gran Canaria, porque hasta ese duelo no se toparán con los dos ogros, destinados a despellejarse en las semifinales, si son capaces antes de doblegar a Valencia y Unicaja. El sorteo de este lunes tuvo el capricho de imposibilitar este año el Clásico en la final, lo que siempre abre un debate. ¿Es bueno que se repita tanto el Barça-Madrid por su repercusión o es más saludable que triunfen otras alternativas? Si hay alguna competición buena para ello, esa es la Copa, aunque el palmarés incida en lo contrario. Y si hay un lugar simbólico para que esto suceda, sin duda es Badalona. Una meca del basket.