Ceballos es (para mí) un misterio
Les prometo que no lo hago por espíritu de contradicción o por querer desmarcarme de la ‘moda’ actual. También les aseguro que, sobre el papel, Dani Ceballos tiene todo lo que me gusta. Es un futbolista español bien formado y un centrocampista muy técnico. Vamos, el retrato robot del jugador por el cual me gusta ver un partido. Sin embargo, no consigo todavía encontrar en el andaluz evidencias para considerarle como un titular indiscutible del equipo de Ancelotti, ni siquiera para pensar que tiene su sitio en la plantilla merengue. Seguramente será porque mis conocimientos no son lo bastante grandes como para hacer un buen análisis de sus virtudes. Seguramente porque no soy lo bastante fino como para ver detalles que avalan el estatus que muchos le están reconociendo ahora.
Quizás sea también por culpa de mi subconsciente, que no ha olvidado que Ceballos criticó de forma ridícula a mi adorado Zinedine Zidane. Estoy dispuesto a aceptar todas las críticas, pero este futbolista no me da ninguna emoción. Es cuestión de ‘química’ como se suele decir en el amor. Cierto es que últimamente conserva menos la pelota y busca más rápidamente a sus compañeros. Cierto es que está acertando en sus pases (las estadísticas le avalan). Sin embargo, me sigue pareciendo demasiado lento para lo que necesita el Real Madrid de los grandes partidos. Un error de casting.
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