Un pase científico

Se habla de que la sufrida victoria del Real Madrid sobre el Chelsea en la eliminatoria de cuartos de final de la Champions es un milagro. No fue así. El gol decisivo de Rodrygo, tras una entrega maravillosa de Modric, es la aplicación al fútbol de las leyes de la física que arrancan de Newton.

El pase de Modric imprime al balón la velocidad y aceleración necesarias; una acción de exactitud asombrosa en la relación espacio/tiempo. Parte de la posición de Modric hacia la de Rodrygo, para descender con precisión entre los dos jugadores del Chelsea que lo flanquean, superando a ambos. Una trayectoria con efecto curvilíneo perfecto. Con desplazamiento medido. Los escasos segundos transcurridos entre los dos puntos -desde el exterior de la bota de Modric hasta la situación de Rodrygo en carrera- son los requeridos de modo que la pelota sea inalcanzable para los contrarios.

Pero reconozcamos que hay cosas que la ciencia no puede explicar. ¿Cómo elabora Modric en su mente la visión del momento en el que se abre la oportunidad de una jugada de gol? ¿Cómo logra ver lo que las leyes de la física le obligan a desarrollar para conseguir el objetivo final? ¿Qué sucede en su interior para lograr esa ejecución sincronizada de movimientos? ¡Ah!. Eso pertenece al campo del Arte… y del Bernabéu.

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