Medvedev no culmina el relevo

Novak Djokovic sólo ha disputado tres partidos en 2022. Ya conocen sobradamente los líos antivacunas que no le permiten desarrollar una actividad regular en el circuito. Aun así, casi sin jugar, el serbio sigue como número uno. Daniil Medvedev ha logrado desbancarle efímeramente durante tres semanas, pero no se ha asentado en un trono al que parecía destinado. Este jueves volvió a perder otra oportunidad, al sucumbir ante Hubert Hurkacz en los cuartos del Masters 1.000 de Miami. La victoria no sólo le metía en semifinales, sino que además le devolvía matemáticamente al frente de la ATP. No ocurrió. Como tampoco pudo embolsarse el primer Grand Slam del año por la increíble remontada de Rafa Nadal en la final del Open de Australia. Medvedev era el elegido, el sucesor, el jugador que tumbó a Djokovic con suficiencia en el US Open, el tenista que tenía que consolidarse como el relevo del Big Three. Pero eso no está sucediendo. Quizá se vea afectado emocionalmente por su condición de ruso, en pleno conflicto bélico con Ucrania. O quizá es sólo un bache deportivo.

Este curso se esperaba un golpe en la mesa de Medvedev y de su generación. Con Roger Federer semiretirado, con Nadal lesionado, y con Djokovic frenado en las fronteras, los veteranos abrían la puerta a un reemplazo que nadie culmina. No es sólo un problema del moscovita. Alexander Zverev, el otro gran candidato, ha sido más protagonista este año por su vergonzosa agresión a un juez en Acapulco que por su juego. Y tampoco dan el salto otros cualificados coetáneos como Stefanos Tsitsipas, Matteo Berrettini, Andrei Rublev... Todavía están a tiempo, la temporada es larga, pero de momento ya están todos eliminados en Miami. Mientras, otros tenistas más jóvenes, pongamos los ejemplos de Carlos Alcaraz, Jack Sinner y Felix Auger-Aliassiame, crecen a su rebufo y preparan el adelantamiento.

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