El tenis sigue sin Djokovic

El Masters 1.000 de Indian Wells ya está en marcha. Las principales raquetas arrancan este fin de semana, con el debut de Rafa Nadal frente a Sebastian Korda previsto para la jornada del sábado, pero entre ellas no estará el actual número dos, Novak Djokovic. Hubo un amago surrealista y sorprendente de participación el martes, cuando la organización anunció oficialmente su inclusión en el sorteo, pero 24 horas después las aguas recuperaron el cauce de la lógica y Djokovic se quedó fuera. Las regulaciones del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos mantienen las fronteras selladas para los no vacunados. El serbio no se ha apeado de ese burro, ni hay visos cercanos de que vaya a hacerlo, aunque en sus declaraciones tampoco ha cerrado las puertas totalmente.

Como tenista profesional, Djokovic tiene el derecho de apuntarse a todos los torneos relevantes, incluso por su ranking entra automáticamente en los cuadros sin necesidad de confirmación, y luego de esperar a que la legislación de los países cambie con las oscilaciones de la pandemia para poder competir en esos escenarios. De hecho, así ha sucedido en Francia, donde las normas contra el coronavirus que antes le impedían comparecer en Roland Garros, ahora se lo permiten. Nole tiene derecho a intentar jugarlo todo, y los países tienen el derecho superior de ejercer su soberanía en su territorio. Así de simple.

En Australia, Djokovic entró porque se le había validado una autorización para ello, y el Gobierno aussie utilizó luego un poder excepcional de su Ministerio de Inmigración para devolverle a casa porque le consideraba un mal ejemplo. Así son las cosas en un mundo que lleva dos años en pandemia. Y esas son las condiciones que debe asumir Novak. El tenis sigue de momento sin él. Y sólo una vacuna, o las evoluciones del virus, pueden reincorporarle a la normalidad del circuito.