El Atlético sufrió lo indecible en Oporto para seguir adelante en la Champions. Recuerdo que nadie daba un duro por el pase del equipo rojiblanco, que había realizado una fase de grupos bastante mediocre. Pero se rebeló en el momento oportuno, en el último partido y logró sacar la cabeza. Algo muy típico del Atlético a lo largo de la historia y también en la etapa de Simeone. El equipo ha atravesado momentos complicados, pero siempre salió a flote. Y ahora toca disfrutar de un partido grande. Todo ese sufrimiento y esa rebeldía fue para jugar el partido de esta noche, con toda la Europa futbolística pendiente del choque.
Simeone tiene bajas, la de Koke es la última. El Cholo no logra reunir a sus mejores futbolistas, pero eso tampoco importa ahora. En el cuerpo técnico y en los despachos la consigna es clara: los once que salgan tienen que dejarse todo sobre el césped, aunque es cierto que lo que de verdad importa es quedar cuartos en LaLiga. Pero la Champions tira mucho. Savic, uno de los capitanes, fue muy claro en AS y no escondió sus ganas de hacer algo importante en esta competición. El Manchester United es uno de los grandes del fútbol inglés, pero eso no es relevante. El Atlético necesita hacer un gran partido para sacar todo lo que lleva dentro, necesita una vez más esa rebeldía para decir: "Aquí estoy, sigo en pie a pesar de todo. Contra todo y contra todos".
El Wanda Metropolitano vivirá una de sus grandes noches. En este sentido, el Atlético es el líder. En lo referente al apoyo desde las gradas, el equipo rojiblanco no tiene rival. Habrá ambiente de gala en el estadio y para la vuelta, en el partido de Old Trafford, viajarán más de 3.000 seguidores. Todos quieren poner su granito de arena para vivir una noche mágica. Mejor dicho, dos. El Atlético es capaz de todo. Solo hace falta que se lo crea de verdad.