Asensio, el señor de los golazos

Gente de poca fe.- Cuando el club dio a conocer el once inicial de Ancelotti ante el Granada, muchos madridistas mostraron su disconformidad por no entender que Jovic y Hazard no estuviesen de inicio. De Bale no pienso gastar ni una línea más porque el galés no se merece ni un minuto más de nuestra atención. Es verdad que a la afición le gusta la figura de un nueve de referencia nato y que ver a Isco podía alimentar alguna duda. Pero lo que me dolió es que algunos fieles a la causa me llegasen a decir que no había nada que hacer, que había que empezar a darle boleto a Ancelotti y que esto iba a acabar como el rosario de la Aurora. Esa falta de fe me dolió en el alma. De hecho, uno de ellos, 25 años de socio, decidió no ir al Bernabéu por primera vez en mucho tiempo como señal de protesta. Madridistas de poca fe. No conocen el ADN de nuestro sagrado escudo. Aquí nadie está por encima de nadie y el primero que lo sabe es Ancelotti. De hecho, Isco fue ovacionado por la grada cuando fue sustituido, porque el malagueño hizo un partido muy digno sin ser su posición ideal. La realidad es que el Madrid dibujó una segunda parte estimulante, con un Valverde que entró como una moto y una ofensiva por oleadas que convirtió a Maximiano en el Portero del Mes. El golazo de Asensio hizo justicia y la realidad es tan maravillosa que se la voy a recordar a esos vikingos negacionistas. El líder (sí, el Madrid de Ancelotti) aventaja al Sevilla en 6 puntos, en 13 al Betis, en 15 a ese Barça que parece haber reinventado el fútbol pese a estar lejos de todos los títulos, el Atleti a 17, y el Villarreal y la Real Sociedad a 18. Si hace unos meses nos dicen que un 6 de febrero íbamos a estar así, pocos lo hubieran creído. Pues entonces, menos quejarse de forma apriorística y más creer en un equipo que puede ganar una Liga imperial y viene de conquistar la Supercopa...

Asensio, ‘Gol de Oro’.- El mallorquín sacó el frac y su chistera zurda de la que salen golazos para enmarcar. Su famoso verano de 2017, en el que firmó dos obras de arte ante el Barça y dos más ante el Valencia, parecía condenarle a ser un jugador de autor, un Curro Romero del fútbol que solo aparecería cuando el maestro tuviera las luces encendidas. Pero Asensio sabe, él más que nadie, que puede dar mucho más. A Maximiano, un porterazo portugués que se matriculó para siempre en la Universidad del Bernabéu con una actuación prodigiosa, le estuvo buscando las cosquillas media docena de veces. Pero Maximiano volaba y se las sacaba todas. Hasta que a falta de un cuarto de hora para el final sacó Asensio su tomahawk favorito. Un latigazo con su zurda que se convierte en una especie de folha seca, que entró pegado al palo y con una curva descendente imposible de calibrar para el portero. Un gol científico, un ‘Gol de Oro’. Marco ya es el dueño de la banda derecha en ese tridente que completarán Benzema y Vinicius a su regreso. Ojalá le veamos on fire ante el PSG. A Asensio solo le falta otra noche así en el escaparate de la Champions. Talento tiene de sobra para lograrlo. ¡Vamos!

Sonrisa recuperada.- Antes del partido, como ya les dije, me vi con los peñistas para evaluar el estado de ánimo de la nación madridista. Para mi tranquilidad, a algunos sí los vi con el ánimo recuperado tras el chasco copero de San Mamés. Me lo demostraron Lola, presidenta de la peña Continental de Granada (hoy tenía el corazón partío), Lidia, de la Peña Villa de Cedeira, los entusiastas peñistas de Pilillas de Pelapagar y de Hoyo de Manzanares, Gabi Teletipo y su fiel primo, así como mi amigo JJ Sesma, que desde Fuerteventura saca brillo a ese escudo del Madrid que se tatuó cuando ganamos la Séptima. Todos vuelven a creer. Su Madrid viaja lanzado hacia el título por la A-6...

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