Oportunidad para dar otro golpe en la mesa y mejorar la efectividad
El Real Valladolid afronta este domingo un duelo de esos que marcan una temporada. Son sólo tres puntos, sí, pero de lo que suceda ante el Eibar puede depender la percepción que tenemos del equipo de Pacheta. Los armeros son un buen conjunto, seguramente de los más equilbrados de la categoría y, encima, tienen un plantillón. Futbolistas como Expósito, Stoichkov, Corpas o Blanco Leschuk son un de nivel extraordinario y pondrán las cosas difíciles. Y llegan a las órdenes de Gaizka Garitano, un técnico que ha evolucionado tras su paso por Zorrilla y que, tras ser cuestionado en las primeras jornadas, ha conseguido convencer a Ipurua gracias a su trabajo y resultados.
En un duelo que será equilibrado, la efectividad será importante. Durante la semana contábamos en AS que la media de acierto en la liga está alrededor del 31% de los disparos entre los tres palos. El Valladolid y el Eibar tienen un 30%, lejos de un Almería que antes del partido ante el Leganés tenía un 47% y habrá subido porque ante los pepineros acertó con la única que tuvo. Me preocupa que el éxito del Pucela se reduzca a una cuestión de suerte de cara a la portería, de efectividad. Eso vale para un día, el del Ibiza o el del Málaga, pero soy más partidario de pensar que si equipo es equilibrado no recibiría tantos goles con las oportunidades que recibe.
Será la oportunidad, también, de ver de qué pasta está hecho el equipo en un partido grande, puede que el más importante de la categoría pues se enfrentan los dos clubes con mayor límite salarial de la categoría. De ver si esos tramos de partido en los que el Valladolid somete a los rivales se repite ante un rival de mayor talla, de comprobar si la pareja Aguado-Roque Mesa es capaz de mandar ante un conjunto como el armero y de si, en definitiva, los blanquivioletas dan otro golpe en la mesa después del de El Molinón y se postulan como candidatos al ascenso.