El sueño americano de Alcaraz no ha terminado
El tenis mundial ha estado buscando en los últimos años al ‘sucesor’, a un jugador que, por cualidades, pudiera tomar el relevo de los tres más grandes de la historia en números absolutos: Novak Djokovic, Rafa Nadal y Roger Federer. Se habló, en su momento, de Grigor Dimitrov, al que apodaron ‘Baby Federer', que no pasó de tres semifinales en Grand Slams y de un título en la ATP Finals de 2017. Luego surgió Dominic Thiem, vencedor del US Open en 2020, actualmente lesionado. En paralelo apareció el nombre de Alexander Zverev, que ya suma cinco coronas de Masters 1000 y un ATP Finals, en apariencia el más cualificado de la NextGen, que puja por el relevo con una talentosa generación formada por Daniil Medvedev, actual número dos, Stefanos Tsitsipas y Matteo Berrettini. También sorprendió la irrupción de Jannik Sinner, todavía en el horno a sus 20 años, que celebra desde el puesto 15º. Y ahora se ha unido al grupo de candidatos un murciano de El Palmar, un joven de 18 que ha batido varios récords de precocidad en Nueva York, donde se ha presentado al gran público: Carlos Alcaraz.
Alcaraz despertó la pasada madrugada del sueño americano, después de retirarse en su partido de cuartos de final por problemas en el aductor derecho ante Felix Auger-Aliassime, otro prometedor joven de 20 años con su historia todavía por escribir, cuando perdía por 6-3 y 3-1, tras 68 minutos. El español jugaba en horario nocturno estelar porque se había ganado el cariño del público estadounidense con sus dos maratones en cinco sets ante Tsitsipas y el veterano Peter Gojowczyk. Ahora ha pagado las consecuencias físicas. “Sigue así”, le dijo Auger-Aliassime en reconocimiento a su progresión. El sueño americano se ha roto, pero no el sueño del futuro. “Voy a seguir siendo el mismo chico”, dice Carlos. Pero no es verdad. De este US Open ha salido con el reto del número uno grabado en un horizonte.