Macron, Argelia, Deschamps y Benzema

El regreso de Benzema a la selección del gallo después de cinco años y medio coincide con un momento significativo de la política francesa: se cumplen 60 años del desastroso proceso de descolonización de Argelia, una herida todavía en carne viva en el sentir de ambos países. Francia cometió atrocidades antes de su retirada, que a su vez fue considerada alta traición por la derecha francesa y sobre todo por los ‘pied noirs’, argelinos de origen europeo (mayoritariamente alsacianos), obligados a trasladarse a la metrópoli. Su irritación fue tal que crearon un grupo terrorista, la OAS, que consumió años en atentados fallidos contra De Gaulle.

Macron está ahora en un delicado proceso de reconciliación y expiación de aquel sucio episodio y no viene mal a su estrategia el regreso de Benzema, de origen argelino como todos sabemos. Así que no es raro que la Federación Francesa y su seleccionador, Deschamps, se hayan apeado de su postura de mantener alejado a Benzema. Sobre su condición de correo en la fea extorsión a su entonces compañero de selección, Valbuena, hay indicios muy serios. Eso fue lo que le apartó, con toda lógica, a la espera de un juicio que hasta ahora sus abogados han sabido dilatar con objeciones procedimentales, pero que ya es inminente.

Macron hasta lanzó palabras de complicidad con Deschamps: “Nuestros puestos son parecidos, hay 70 millones de franceses que creen tener mejores ideas para nuestra tarea”. El alejamiento de Benzema sin sentencia en contra era muy difícil de admitir por los varios millones de argelinos de origen que viven en Francia, tanto más ahora que ha alcanzado, pasados los 30, su mayor grado de excelencia, aquel hecho lejano sigue sin sentencia y Valbuena ya no está en la selección y juega en Grecia. Así que Benzema vuelve. Bueno para la Eurocopa. En octubre llegará el juicio, pero salga lo que salga de ahí el primer guiño ya se ha dado.

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