De repente, el Madrid está a tres puntos del Atlético. Hace poco no lo imaginábamos, pero de golpe parece como si el Atlético hubiera perdido el golpe de pedal. En cuatro días se ha dejado cinco puntos ante el Levante, en esta curiosa semana en la que valencianos y madrileños jugaron seguidos sus partidos de la primera y segunda vuelta. El Atlético se ha encontrado a un Levante que va a más, después de un mal comienzo de campeonato, y eso ha coincidido con una repentina debilidad del equipo de Simeone atrás. De repente se han esfumado los ceros en la portería propia. El Atlético ha encajado gol en los siete últimos partidos.

Por arriba aprieta, con juego y afán, pero no siempre va a llegar el gol de Luis Suárez, a veces su mejor disparo va al palo, o se lo detiene el portero. Y así se le han ido escapando los ahorros al Atlético mientras el Madrid, con trabajo de hormiga sufridora, ha ido sacando los partidos. En Valladolid le faltó Benzema y se notó. Su juego entre la divisoria de campos y la frontal del área, clave para activar el ataque del Madrid, no lo podía reemplazar Mariano, cuya aportación fueron dos buenos goles... en fuera de juego. En los extremos, Asensio y Vinicius hicieron demasiado poco. Resultó desalentador, dada la importancia que había adquirido el partido.

Si ganó el Madrid fue por un cabezazo de Casemiro a preciso saque de falta de Kroos. El brasileño se mueve bien ahí. Antes ya había cazado dos cabezazos en la olla, que se le fueron por poco. Tras el gol, Zidane cambió de golpe a los tres de arriba, lo que sonó a reproche colectivo. Hicieron demasiado poco. Luego, el Madrid se sostuvo hasta el final ante un Valladolid desanimado, que había tenido sus bazas, sobre todo al principio, pero se estrelló en Courtois. La cosa, en fin, es que gracias al Levante hay Liga de nuevo. El Barça recibe hoy al Cádiz y si gana se mantendrá en la persecución. El Levante le ha quitado al Atleti la mitad de sus ahorros.