No hay dolor para los Hispanos

El seleccionador de balonmano, Jordi Ribera, reveló hace unos días en una entrevista en AS que “más del setenta por ciento” de los Hispanos han pasado el contagio de coronavirus, “alguno de manera discreta”, una proporción que supera en mucho eso que los epidemiólogos llaman ‘inmunidad de rebaño’ y que en este caso se convierte en un arma a favor para el Mundial de Egipto, donde la pandemia se ha convertido en una molesta protagonista. Antes de empezar, dos selecciones tuvieron que quedarse en casa por su alta incidencia de positivos, la República Checa y Estados Unidos, que han sido sustituidas por Macedonia y Suiza. El primer rival de España, Brasil, también está afectado por varios casos, entre ellos dos conocidos de la Asobal: Petrus (Barça) y Terçariol (Benidorm).

La presunta inmunidad es una baza a favor de la Selección junto a la experiencia de este bloque, que ya ganó hace un año el oro en el Europeo con una sola variación en sus filas: Julen Aginagalde, con problemas de espalda, ha cedido el pivote al debutante Rubén Marchán. Este engranaje, unido a la veteranía y a la calidad de estos ilustres, tiene que servir para compensar la accidentada preparación que ha sufrido el equipo. Ya en el mes de noviembre, el virus obligó a suspender el partido contra Eslovaquia. Después, ocho jugadores tuvieron que incorporarse más tarde por su participación en la Final Four de Colonia. También se anuló el Torneo Internacional de España, el test habitual para pulir estos campeonatos, que en principio se sustituyó por dos encuentros oficiales con Croacia, pero el segundo se canceló en Madrid por la nevada. Filomena ha sido el remate, porque también ha impedido buenos entrenamientos en los últimos días en Guadalajara, y el miércoles demoró seis horas el viaje a El Cairo. Ha pasado de todo… Pero no hay dolor para los Hispanos. Están inmunizados.