Hacer camino sin pensar en los rivales

Valladolid

Ayer jugaban Huesca y Osasuna. La primera pregunta que me hice antes de comenzar el partido era sobre lo que más le convenía al Real Valladolid que pasara en el feudo rojillo. Por un lado, si el Huesca perdía seguiría como colista y clavado en seis puntos sin conocer la victoria. Pero por el otro, si el Huesca ganaba, se iría a los nueve puntos pero dejaría a Osasuna en diez, a tiro de piedra del equipo pucelano en caso de lograr la victoria mañana en Granada. Al final, llegué a la conclusión a la que llego casi siempre cuando juegan los rivales de los de Sergio por el descenso: que empaten. Así solo se reparten dos puntos y seguirán cerca. Y así fue. Pero ya más en frío, el análisis debe ir un poco más allá de si es mejor que gane el Levante o el Elche, el Celta o el Eibar. Lo que necesita de verdad el conjunto blanquivioleta es hacer su camino sin preocuparse del resto. Se trata de llegar al final de la Liga a esos 40 puntos salvadores que servirán y que dejarán por detrás, seguro, a tres equipos al menos. ¿Quiénes serán esos equipos que pueden estar por detrás en la tabla? Es lo mismo. Habrá tres, más o menos esperados, más o menos potentes, pero habrá tres por debajo en la clasificación. Seguro.

Así que el único objetivo ahora mismo de los blanquivioletas es hacer su propio camino. Acercarse cada día que juegan un poco más a esos 40 puntos. Sin tener que estar pendientes de si el Huesca sigue sin ganar o de si el Elche o el Cádiz se desinflarán a lo largo de la temporada. Sin mirar al Celta para ver si le funciona el cambio de entrenador, sin pensar si el Eibar de Mendilibar o el Alavés de Machín estarán en peligro hasta el final de la temporada. El Valladolid a lo suyo, a seguir ganando. Ya rompió la mala racha ante el Athletic y tiene una buena oportunidad en Granada, sí, una buena oportunidad. Los andaluces lo están haciendo muy bien ya desde hace mucho pero no llegan en su mejor momento físico para afrontar el partido. Espero ver mañana a un Valladolid decidido y con personalidad. Mucho más parecido al que jugó en Madrid, en la segunda parte de Villarreal o en los primeros setenta minutos ante el Athletic. A Granada hay que ir a ganar, a aprovechar la oportunidad y a tratar de alcanzar los nueve puntos, que no son ni la cuarta parte de los cuarenta que se necesitan. Y luego, el resto que se las compongan, que gane quien tenga que ganar que otros perderán. Y así cada semana. Hay que hacer camino sin pensar en los rivales. Hay que ganar partidos.

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