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La Euroliga pierde el control

Nikola Mirotic dio positivo con coronavirus el pasado fin de semana, por lo que no puede participar en la doble jornada de la Euroliga que se disputa estos días. El viernes se había enfrentado al Zenit de San Petersburgo, que a su vez ha acumulado tantos contagiados que ha sido incapaz de reunir a ocho jugadores para competir en Europa. Mirotic pudo haberse infectado en ese encuentro, pero también anteriormente, porque su propio entrenador, Sarunas Jasikevicius, estuvo convaleciente de la enfermedad en días precedentes. Cualquier cosa es posible, el virus está en todos los lados. En la Euroliga, sin embargo, golpea más en unos países que en otros. Especialmente en Rusia. Otro ejemplo: el Khimki ha venido a jugar con el Real Madrid con un arsenal de bajas. Y también en Francia. Los dos choques del Asvel Villeurbanne contra Panathinaikos y Estrella Roja se han anulado igual que los del Zenit. Un mensaje lanzado por Jasikevicius coincide con lo que piensa la gran mayoría: “La Euroliga intenta aguantar y aguantar, pero en algunos sitios la situación está fuera de control”.

Para “aguantar y aguantar”, la Euroliga consensuó unas reglas, que este mismo miércoles ha comenzado a modificar sobre la marcha. Ya es un paso. Básicamente, los partidos se pueden reprogramar tres veces, con una fecha tope en cada fase, tanto si el motivo son las restricciones locales o los positivos propios. Estas normas aseguran la supervivencia, pero no amortiguan el caos. El protocolo de la ACB es más estricto. Con un infectado, en España se aíslan todos hasta repetir los test, pero Europa sólo separa al contagiado. También acá, un brote de tres positivos aplaza el choque, mientras que la Euroliga no pone límite siempre que comparezca un mínimo de jugadores. Han bastado tres jornadas para reclamar la urgencia de soluciones. Y más con un calendario tan ambicioso, que tampoco se ha flexibilizado como cabía esperar durante una pandemia.