LA PIZARRA TÁCTICA

La apertura incompleta de Luis Enrique

MIGUEL MORENATTIDIARIO AS

El regreso de la Selección de Luis Enrique no alejó la incertidumbre, pero dejó ver trazos esperanzadores. Su reconstrucción pasa por subirse a la ola de este fútbol que se juega a alta velocidad, dominante en los últimos tiempos, sin perder nunca la esencia que la hizo grande. Luis Enrique lo entendió desde el primer día y su empeño está dirigido a ello. España fue en Stuttgart un equipo vitalista, de mejores intenciones que pie y siempre con fe en lo que hacía. Aunque la máquina está todavía por engrasar, se vieron fundamentos en la presión en bloque alto —Kroos y Gündogan expresaron su calidad para saltarla—, en la salida de balón y en las transiciones ofensivas. Los problemas surgieron en el repliegue, en la indefensión de los laterales ante los carrileros de Alemania y en las demasiadas situaciones de dos contra dos que Ramos y Pau Torres tuvieron que enfrentar ante un sobradísimo Werner y Sané. El combinado germano siempre creó peligro con los cambios hacia el lado débil.

Luis Enrique alineó a Busquets y Thiago, a Navas y Ferran, una declaración de intenciones de lo que quiere. La apuesta transmite un mensaje de querer conjugar la seguridad con balón y la ambición en el pase con la profundidad arriba. Mientras que Busquets se pareció al Barcelona, Thiago se mimetizó en el Bayern. Con el hispanobrasileño en la base de la jugada la Selección mejora. En los metros finales, donde la contribución de Rodrigo quedó deslucida por su miopía en el área, Luis Enrique exigió a los extremos que alternaran ofrecimientos por dentro para dejar vía libre a los laterales con posiciones de espera en las bandas. La entrada de Ansu no es que encaje en esta idea, sino que se trata del futbolista idóneo para desarrollarla. El extremo demostró una personalidad abrumadora con sus apoyos, aceleraciones y desborde, pese a notar en algún momento los nervios del debut. Con él en la izquierda y Ferran en la derecha, más la suma de los laterales, la Selección tuvo un impulso más. El juvenil fue el punto ilusionante en un equipo que se abre a un nuevo estilo, aunque todavía su obra resulte incompleta.

El retroceso

Cada vez que Alemania superó la primera presión se producía el agujero con la agilidad de Werner o los cambios de orientación hacia los carrileros como sucedió en el gol. Gosens aparece con espacio y Werner, Sané y Draxler asoman en el área sin que los centrocampistas españoles lleguen a cerrar.

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