Alemania-España y el plan de Tebas

Y de repente, un Alemania-España. En cualquier otro tiempo y circunstancia este partido nos tendría sobresaltados y más si llegara, como llega este, con un Bayern renacido. Pero llega en días raros, en una competición rara y con unas listas de convocados irreales, poco creíbles. Luis Enrique ha dicho que si ahora fuera la Eurocopa llevaría a los mismos, pero no deja de ser una mentira filosófica. Si él hablara mal de su caballo, ¿cómo lo iba a vender luego? La suya es, como la de Alemania, una convocatoria a medias, remendada, porque era inevitable, con una leva de promesas. En ese concurso de méritos puede estar la gracia del partido.

Por otra parte, esta Selección, representante al fin y al cabo de su fútbol y de su mundo, como debe ser, confirma en las vísperas del partido las impresiones pesimistas respecto al coronavirus. Ha sufrido dos bajas por esa causa, Oyarzábal y Adama, si bien lo de este ha quedado entre dudas y eufemismo. Dos casos que vienen a sumarse al rosario de los que estamos viendo en el regreso de los jugadores a la actividad, tras unos días libres en los que han hecho, supongo que con pocas excepciones, lo que todos los de su edad: divertirse despreocupadamente. Un aviso más de lo difícil que va a ser completar LaLiga, que temo trufada de aplazamientos.

Por eso Tebas ha preparado unas medidas draconianas que en principio los clubes asumen. Cada club sólo podrá pedir un aplazamiento, al siguiente se le dará por perdido el partido. Pero podrán inscribir hasta 35 jugadores, incluyendo del filial, y bastarán 13 sanos para jugar, incluso si sólo 5 son de la primera plantilla (el límite era de 7). Son medidas inspiradas en las de la UEFA para la Champions y la Europa League, y buscan acabar el 23 de mayo, fecha límite para que los jugadores puedan ir a Eurocopa o Copa América, aplazadas el año pasado. Falta el plácet de Rubiales, que se espera favorable habida cuenta del criterio de la UEFA.

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