Mucho más que Camavinga

Por su aparición prácticamente diaria en las páginas de los periódicos, cualquier aficionado que no siga la liga francesa pensará que el Rennes es Eduardo Camavinga y diez más. Y pese al indiscutible impacto que ha tenido el jovencísimo centrocampista francés pretendido por el Real Madrid, conviene poner en valor el trabajo de todos los integrantes de un equipo que ha alcanzado la tercera posición de la Ligue 1 por primera vez en la historia del club. Y esto no se consigue sólo con las actuaciones individuales de un chaval que acaba de cumplir los 17 años. Por muy bueno que sea.

En realidad, si alguien merece ser considerado como el principal artífice de este sorprendente Rennes es el entrenador, Julien Stéphan. Teniendo en cuenta que lleva poco más de un año como técnico principal en el fútbol profesional, su nombre también debería aparecer en las libretas de muchas secretarías técnicas. Hijo de Guy Stéphan, el asistente de Didier Deschamps en la Francia campeona del mundo en Rusia 2018, Julien dirigía al filial del Rennes cuando fue destituido Sabri Lamouchi en el primer equipo en diciembre de 2018. Le dieron el cargo de manera provisional mientras buscaban a un sustituto, pero en nueve días convenció a la directiva. Acababa de cumplir 38 años y se convertía en el técnico más joven del momento en la Ligue 1.

Los resultados llegaron pronto: eliminó al Betis de Setién en la Europa League y tuvo contra las cuerdas al Arsenal de Unai Emery en la ronda siguiente. Aunque el broche de oro lo pondría en el último partido de la temporada: levantó la Copa de Francia ganándole al PSG en la final de Saint-Denis en la tanda de penaltis tras acabar el encuentro 2-2. Era el primer título del Rennes en 48 años.

Camavinga conduce el balón en un partido con el Rennes.

La mayor virtud de Stéphan es su adaptabilidad, su capacidad para mezclar distintas maneras de atacar. Si uno observa las estadísticas que suelen definir los estilos (posesión de balón, envíos directos, número de pases por minuto de tenencia del cuero…), el Rennes nunca se sitúa en los extremos: siempre está en mitad de tabla en los rankings de la Ligue 1. Y sin embargo consigue aparecer entre los conjuntos que más ocasiones claras generan y entre los que menos conceden. Esa capacidad para mudar la piel en lo metodológico la aplica también Stéphan a los sistemas tácticos: ha usado a lo largo del curso el 4-3-3, el 4-2-3-1, el 4-4-2 y el 5-3-2. Al mencionado Camavinga lo ha utilizado de mediocentro puro y de interior de ida y vuelta. A Bourigeaud, de jugador de banda y de doble pivote. A Hunou, de delantero centro, de mediapunta y de centrocampista. Lo que nunca cambia es la profundidad de los laterales: tanto el zurdo Maouassa como el diestro Hamari Traoré aparecen en el once ideal de la temporada de 'France Football' y han despertado el interés de grandes clubes europeos por su influencia ofensiva cada vez que cruzan la medular.

M'Baye Niang, autor de diez goles, y el ex del Sevilla recién llegado en enero Steven Nzonzi son los otros nombres mediáticos de una plantilla que ha sabido sobreponerse a la salida el pasado verano de puntales como Ismaïla Sarr, Benjamin André, Bensebaini y el portero Koubek.

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