Más vale tarde que nunca...

Quedan dos años y medio para que el delantero con más futuro del fútbol mundial termine su actual contrato con el PSG y, ahora mismo, parece una quimera que pueda salir antes del final de su compromiso. Kylian Mbappé tendrá entonces veintitrés años y todavía será un jugador con un potencial tremendo, aún con margen de crecimiento y mejora en su carrera, y con una experiencia acumulada de cuatro años jugando en la élite al máximo nivel. No hay duda, será todavía el fichaje más apetecible del momento, porque probablemente le quedarán seis o siete años de plenitud física con la que marcar una época en el club al que vaya.

Este planteamiento hay que hacérselo porque, teniendo en cuenta los precedentes (Neymar, Verrati, Rabiot o Cavani), va a ser imposible que los franceses dejen salir a Mbappé por mucho que esté cabreado con Tuchel, con Al Khelaifi o con el jeque de Qatar. El club-estado es una cárcel de oro y la llave no se abre ni con todo el dinero del mundo. Es más, el plan del PSG es renovarle el contrato y, después de dos negativas del muchacho, van a seguir ofreciéndole más y más dinero hasta superar lo que ahora mismo cobra Neymar. En París no son tontos y saben que el jugador franquicia que tienen es el francés y no el brasileño. Cuando se quiten de encima la ficha de Ney, que no es fácil, apostarán toda la pasta a Kylian y al chico y su familia les será muy difícil no aceptar.

Sólo queda esperar un milagro, que el proyecto del jeque siga fracasando en la Champions League y que la flor de Zidane no se marchite antes...

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