Sobre Bale y la posibilidad de que termine saliendo

Cuando escribo estas líneas Gareth Bale tiene pie y medio fuera del Real Madrid y, salvo sorpresa, parece que su periplo en el club blanco llega a su fin. Y ante el Arsenal demostró, una vez más, el jugador que es. Se palpa en el ambiente una sensación agridulce, incluso más agria que dulce me atrevería a decir. Quizá todos estamos juzgando al futbolista galés en relación a las expectativas que nos habíamos creado sobre él y no sobre lo que realmente ha dado. Como con ese compañero de clase que sabemos que puede sacar matrícula de honor pero que se conforma con aprobar. A lo mejor nunca tuvo que ser ese futbolista que todos esperábamos y si atendemos a esta afirmación, creo que estamos siendo injustos. A pesar de lesiones, altibajos y demás vicisitudes, ha contribuido con protagonismo en uno de los ciclos más exitosos en la historia del Real Madrid. Si se consuma su marcha, se llevaría en la mochila cuatro Champions, cuatro Mundiales de Clubes, tres Supercopas de Europa, una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España. Además de 102 goles y 64 asistencias como registros individuales en sus seis temporadas como jugador blanco, una auténtica BARBARIDAD. Si medimos estos datos con objetividad no habría posibilidad de crítica, pero seguimos con la espinita clavada de que podría haberla partido del todo con sus tremendas condiciones. Tampoco ha ayudado la imagen que ha proyectado. Los futbolistas a ese nivel son empresas, empresas que deben cuidar tantos sus dividendos como su márketing y ahí el galés creo que no ha estado fino. Siempre ha dado la sensación de no estar adaptado, de no relacionarse con los compañeros, de no aprender el idioma…No conocemos demasiado de su persona y quizá esto no se acerque a la realidad, sino que simplemente es tímido e introvertido; pero lo cierto es que nunca ha dado pasos en la dirección de poder cambiar la opinión pública sobre él. A pesar de las cosas negativas cualquiera de los mortales, yo incluido, hubiéramos firmado una carrera la mitad de buena que la de Bale, pero siempre nos quedaremos con ganas de más. Estas líneas las escribe alguien que se frotó las manos cuando se hizo oficial su fichaje. Gareth es del tipo de futbolista que me encanta; vertical, apabullante, potente, desequilibrante y con un cañón en su pierna izquierda.

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