Kosovares en Guadalajara

Los Europeos de kárate arrancaron este jueves en Guadalajara con su reivindicación olímpica sobre el tatami y con la confirmación de España como potencia continental. Pero hoy me quiero detener en otro asunto que explotó en los últimos Mundiales de Madrid y que afecta a todo el deporte: la presencia de Kosovo, un territorio no reconocido por nuestro país. Las dificultades que tuvieron los kosovares para participar en aquellos Campeonatos desataron una airada reacción del COI, que aconsejó a las federaciones internacionales no conceder eventos a España mientras no se hallara una salida. La mediación del COE cerró la crisis, con la aceptación de Kosovo bajo el protocolo olímpico, aunque un posterior desmentido de Exteriores dejó la sensación de que el conflicto podría reabrirse al mínimo temblor.

La solución se plasmó en papel el 24 de enero en un documento firmado por el director de Deportes, Mariano Soriano, que envió a las federaciones españolas. Ahí se recogen dos supuestos. Por un lado, las competiciones del ámbito olímpico (Juegos, Mediterráneos, Preolímpicos...), que se salvan con el acuerdo de Tarragona 2018. Y luego las demás, con condiciones menos flexibles: los kosovares sólo pueden participar como Federación, sin himno ni bandera. Los diez karatecas inscritos en Guadalajara lo hacen así. Pero el destino ha querido que el mismo día, la Selección Sub-17 de fútbol haya jugado en Nyon contra Kosovo. Y lo ha hecho allí porque la UEFA anuló el torneo clasificatorio de Alcoy y Benidorm al considerar inaceptables los requisitos. La solución pende de un hilo. Y el COI todavía vigila.