El Jaén liberó a la clase media

Este jueves arranca la Copa de España de fútbol sala, una competición apasionante que puede ganar cualquiera. Y en su caso no es un tópico. Vayan los datos de la temporada en curso para apoyar esta afirmación: el Movistar Inter, el Barcelona y ElPozo Murcia, considerados los tres ‘grandes’ de la LNFS, han perdido o han empatado durante esta campaña con alguno de los otros cinco participantes. El mayor coladero lo ha tenido el actual campeón de Europa y ganador de las cinco últimas Ligas, el Inter, que se ha dejado un buen puñado de puntos ante los cinco aspirantes coperos: Jaén, Osasuna, Palma, Levante y Peñíscola. A diferencia de otros deportes de equipo como el baloncesto o el balonmano, el fútbol sala todavía permite soñar a la clase media. Los títulos del Jaén Paraíso, en 2015 y 2018, han liberado a todos.

La Copa viaja este año a Valencia, una capital del deporte español gracias al generoso desempeño de la Fundación Trinidad Alfonso. Su desafío es sostener el crecimiento del fútbol sala, que ha dado dos saltos de calidad en las últimas temporadas. El Quijote Arena de Ciudad Real superó la barrera de los 5.000 espectadores en 2015. Y el año pasado se dobló la apuesta en el WiZink Center de Madrid, donde el futsal tocó el cielo con 12.643 aficionados. No se podrá batir ese récord en esta ocasión, porque La Fonteta tiene una capacidad en torno a los 8.500, pero si mantiene la tendencia, estaríamos ante la consolidación del torneo y de un deporte en progresión. Aquellas dos exitosas ediciones, por cierto, coincidieron con las coronas del Jaén. El sueño de los medianos, la magia de la Copa. Aquí puede ganar cualquiera.