La oportunidad de los aspirantes

Algunos aprovecharon la oportunidad, los goleadores, sobre todo, pero lo que hizo Riqui Puig para el cuarto gol, el segundo que marcó Denis Suárez, hay que ponerlo en la primera fila del futuro que le aguarda a ese espléndido futbolista joven.

La Cultural no se quedó atrás, nunca inclinó la cerviz; centraron bien sus futbolistas, dejaron la impronta de una cultura futbolística que nunca se ha rendido. Pero este Barça de anoche estaba haciendo el primer curso de una reválida que exige mucho. Y por eso presionaron como si estuvieran en una final, aunque levantaron la marcha muchas veces como si estuvieran ya poseídos de la desgana de los adultos.

Fue un partido exigido por las obligaciones de los aspirantes. Se sabían vistos por más de setenta mil ojos, y no era un entrenamiento. La celebración de los goles parecían de final, aunque las jugadas, muchas veces, fueron de equipos medianos. En esos momentos en que el Barça y la Cultural parecieron de la misma división. Hubo instantes vibrantes. El gol de la Cultural fue una buena fabricación, y la estética de los tantos azulgrana no fue tampoco desdeñable.

Fue un baile común de aspirantes. Y fue una buena lección: en la zona b del fútbol hay muchos que ya son A. Y eso es estimulante para seguir creyendo en la calidad de este juego.

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