LA PIZARRA TÁCTICA

La abundancia ofensiva del Celta

Sorteadas las dos primeras salidas contra el Melilla y Viktoria Plzen, dos rivales muy alejados de la competitividad real del Madrid, los de Solari afrontan un salto de exigencia en Balaídos. Es el Celta un equipo de comprobado talento individual, aunque acuciado por dudas respecto a su funcionamiento colectivo. Su trayectoria durante esta temporada, con el ‘Turco’ Mohamed en el banquillo, ha notificado su indefinición e inestabilidad en muchos partidos. Le afecta su actitud cambiante, donde hay noches en las que decide ser más protagonista y otras en las que guarda una posición de espera, y tanta alternancia de sistemas (4-4-2, 4-3-3, 4-2-3-1, 3-4-3...). Partiendo de esas múltiples referencias, que hacen del Celta un conjunto difícil de predecir, sí que se encuentran puntos en común en su juego.

La abundancia ofensiva es su principal reclamo futbolístico. Ha marcado 20 goles, sólo superado por Barcelona y Sevilla, mostrando su capacidad para desarbolar líneas contrarias en jugadas posicionales (11 tantos), en transiciones aceleradas (siete) y por todos los flancos (25 ataques por la derecha, 24 por el centro y 25 por la izquierda). Las recepciones interiores de Aspas son claves. Se ofrece por dentro y agita a pocos toques. Es muy distinguida su capacidad para encarar portería rival y acabar las jugadas con pases medidos o disparos de finalización. Su intuición para leer el juego entre líneas demanda a los centrocampistas rivales a no tolerar sus amagos. A veces parece que va hacia el área en búsqueda del remate, pero se queda en zonas más retrasadas para definir desde ahí. El Madrid requerirá del rigor de Casemiro en ese tipo de jugadas. La posición de Brais Mendez, de moda tras la llamada de Luis Enrique, también compromete a cualquier adversario. No es jugador de banda, de ahí su inclinación a actuar como enganche cada vez que puede. Por fuera surge el recorrido de Mallo y Juncá (cinco asistencias entre ambos), activados por la visión de Aspas y Brais y las prolongaciones de Boufal, el jugador que más regatea de la LaLiga. La presencia en el once de un delantero de área como Maxi Gómez completa el plan. Mohamed confirmó su titularidad. La reacción del Celta contra el Betis, neutralizada por el gol estupendo de Canales, subrayó sus condiciones. El equipo vigués empezó con un 4-4-2, pero después cambió a un 3-4-3 con Hjulsager como carrilero en la derecha. El danés sirvió dos balones de gol al punta uruguayo .

La autoridad del Celta en ataque no coincide con su respuesta sin balón. No destaca por su empaque ni cuando presiona arriba ni cuando defiende en campo propio. Tiene tendencia a partirse y queda expuesto con un bloque demasiado largo. El énfasis que puso Mohamed ayer en remarcar la necesidad de reducir las posibilidades de los de Solari a la contra se explica por esta flaqueza. El repliegue intensivo tampoco garantiza la seguridad del Celta. No sujeta su área dado el rendimiento dudoso de los centrales. Araujo, ahora suplente, ha fallado en cinco goles rivales y Roncaglia ha errado en cuatro. Pese al 4-0 de hace dos jornadas contra el Eibar, el Celta no dominó la escena y permitió 16 acciones de remate. El talento ofensivo de Aspas abrazó la victoria.

Agujero en el carril central

Situación defensiva mal concebida por los pivotes del Celta en el 2-0 del Betis. Yokuslu sale muy a la banda y Francis ve una entrega sencilla para el movimiento de ruptura de Guardado. A Fran Beltrán no le da tiempo a corregir. Descompensados.

 

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