Lopetegui, doce días sin piedad

Como si de un western se tratara, Lopetegui afronta estos días la aventura, misión y juicio definitivo para saber si su figura se asienta o difumina al frente del proyecto. El parón de selecciones ha servido para refrescar un poco la atmósfera que, tras lo del Alavés, estaba bastante cargada de tensión y pesimismo. No es que haya muchas noticias buenas, porque el panorama no se aclarará si no es con victorias y una mejora en el juego, pero las altas de Isco y Marcelo le pueden dar un poco de oxígeno a un equipo que ha echado mucho de menos su desenvoltura en el ataque. Otra cosa es que se descifre el misterio Bale, que una vez más está en el limbo de la lesión inexplicada y no se sabe si podrá ser reclutado en búsqueda del gol perdido.

En cualquier caso, aparte de alineaciones miradas con lupa, Julen necesita sobretodo que el grupo recupere el ánimo y la confianza. Los partidos ante Levante y Viktoria Plzen deberían servir para ello, no se pueden permitir ni un tropiezo porque dejaría un ambiente demasiado sombrío antes del Camp Nou. Da la sensación de que, al mínimo traspiés, volverán las dudas y el escepticismo sobre la capacidad goleadora de la plantilla. El horizonte no es nada halagüeño y muchos tienen preparado el cadalso.