Un partido muy fácil de dirigir para el rumano Ovidiu Hategan

Sin complicaciones. Fue una noche tranquila en el estadio de Luzhniki. Un partido sin complicaciones. Comenté en Carrusel de broma que hasta Antonio Romero podía haber pitado este encuentro. No hubo acciones polémicas, a excepción de la expulsión en el último momento del portero del CSKA. Pero en los 90 minutos anteriores fue un encuentro casi de guante blanco. Las tarjetas a Bijol y Oblyakov, ambas por entradas a destiempo a Reguilón, fueron muy claras y no generaron ningún tipo de duda.

Roja a Akinfeev. El árbitro le sacó dos amarillas seguidas en el minuto 95 por sus reiteradas protestas y aspavientos. No se puede dirigir así nadie al que es juez de un partido. Los árbitros muchas veces tienen que aguantar demasiado, por mucho que los jugadores estén a 180 pulsaciones (los árbitros también). Así que la lección para Akinfeev debe ser que no se puede ir a protestar de cualquier manera...

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