Las leyendas dejan huella: Nieto, Bartali, Bahamontes...

Tenemos un trepidante fin de semana sobre ruedas. Este viernes, el Giro de Italia 2018 arrancó con Tom Dumoulin vestido del mismo color que terminó la edición anterior: de rosa. Este sábado, Fernando Alonso debutará en Spa en el Mundial de Resistencia, el WEC, donde al fin podría reencontrarse con la victoria. Y este domingo, más de 100.000 aficionados tomarán Jerez para jalear a sus ídolos, con Marc Márquez al frente. Entre tanta rueda hemos vivido dos hechos entrañables, puro respeto a la historia del deporte. El jueves se rebautizó el Circuito de Jerez con el nombre de Ángel Nieto. Jerez es un santuario de las motos, el mejor lugar para rendir homenaje al histórico 12+1. “Las gracias se las tenemos que dar todos a Ángel Nieto por existir y por habernos dado tanto”, dijo la alcaldesa, Mamen Sánchez. Pues eso.

El otro acto nos lleva a Israel, que acoge la salida del Giro en recuerdo a Gino Bartali, ese rudo campeón que escondía documentación en los tubos de su bicicleta para salvar a los judíos. El Giro es una carrera detallista con sus mayores: siempre dedica etapas o puertos a los ases que han glorificado sus rutas. De hecho, desde 1965 asigna la Cima Coppi a la montaña más alta: este año será el Colle delle Finestre. Este tributo me conduce a otro muy especial, también este fin de semana: Toledo inaugurará el domingo una estatua de Federico Martín Bahamontes en El Miradero, gracias al impulso de la Fundación Soliss. Un acto de justicia para un pionero del ciclismo, el primer ganador español del Tour de Francia allá por 1959. Las leyendas dejan huella. Y estas acciones permiten que esas huellas no se borren jamás.