Rossi certifica su impotencia

Valentino Rossi decidió en Argentina poner en marcha el ventilador de esparcir porquería y cobrarse la cuantiosa factura que tenía pendiente con Marc Márquez desde hace más de dos años. Y como es un tipo astuto y experimentado en estas lides (que les pregunten a Biaggi o a Gibernau) eligió el día perfecto para hacerlo, un domingo nefasto para el español en el que se vio incapaz de gestionar su ambición dándole al italiano los argumentos perfectos para lanzar su ofensiva total. Por eso le sancionaron hasta en tres ocasiones (la primera de ellas creo que injustamente) y salió sin puntos del circuito de Termas.

Aunque lo grave es que se ha recrudecido un conflicto entre dos grandes de MotoGP que va a traer mucha cola y que no beneficia a nadie, empezando por el propio deporte. Rossi ha desenterrado el hacha de guerra con unas declaraciones durísimas contra Márquez y es difícil pronosticar hasta dónde llegara esta escalada de beligerancia.

Rossi pretende enfrentar a Marquez con los aficionados, la Dirección de Carrera, el resto de los pilotos y a cualquiera que pase por allí. Una estrategia premeditada para intentar neutralizar al catalán, presionarle de tal modo que se replante su forma de competir, sin duda atrevida y en ocasiones arriesgada. El campeonísimo italiano es cada día más consciente de la superioridad de Márquez y esta pataleta descomunal sólo viene a certificar su impotencia al respecto.

Sin duda que sufrió los excesos (que los hubo) de la remontada del español, pero más que la caída lo que le duele a Rossi es asumir que incluso penalizado en dos ocasiones y retomando la carrera desde la cola del pelotón fue capaz de recuperarle la distancia perdida con un ritmo inalcanzable para él. Como ya ve difícil ganarle en la pista, pretende hacerlo fuera de ella metiendo presión al duelo para que Marc se sienta condicionado. Aunque creo que, como ya ocurrió en Malaisia 2015, el tiro le puede salir por la culata...

Lo más visto

Más noticias