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El taconazo de Di Stéfano, la volea de Zidane... y la chilena de Cristiano

El gol que le faltaba a CR. La chilena define al personaje. Cristiano encuentra todo lo que persigue. Le faltaba la chilena en partido grande, ante un mito como Buffon. La había perseguido tantas veces, a base de costalazos. Lo que diferencia a CR es que siempre que se ha caído se ha levantado más imperial. Marcó el gol de Pelé en Evasión o Victoria. Un gol de película, una foto para la historia del club blanco, como el taconazo de Di Stéfano o la volea de Zidane. La reacción del hoy técnico blanco explica bien la dimensión del momento, de la estrella y el aplauso del Juventus Stadium es el reconocimiento a un goleador de época y a un Madrid imperial que volvió a pasear su grandeza por Europa, como ya ocurrió en París.

La confianza en Isco. Zidane deshojó su margarita y se decidió por él, por ese insuperable recuerdo a Cardiff, por aquella actuación estelar ante Italia con dos goles a Buffon, por la necesidad de mayor control ante una Juve sin Pjanic, por aquella confianza reclamada a los cuatro vientos tras su exhibición ante Argentina. Isco respondió, vaya si respondió. Sólo necesitó dos minutos para sorprender por el carril de Asensio y poner el pase atrás para el primer gol de Cristiano. La final de Cardiff, con tres goles con pase atrás, parecía seguir disputándose. Después, el malagueño empezó su recital de pases, con un ciento por ciento de acierto en el primer tiempo, caños, controles… un fantasista, como dicen los italianos, majestuoso.

Reconocimiento a Keylor. Uno se puede recrear en el infortunio de Higuaín en los partidos importantes, pero no hay que cansarse de reconocer el enorme mérito de Keylor Navas en los sucesivos éxitos de este Madrid en las últimas temporadas. Son ya demasiadas las eliminatorias que ha solventado como para andarle buscándole sustituto cada mercado, cada mes y cada semana. Puede que a nivel técnico y de colocación esté por detrás de Oblak, De Gea, Alisson o Ter Stegen, pero a nivel competitivo es un auténtico fuera de serie.

La amarilla a Ramos. Esa clarísima ocasión del Pipita y el error de Chiellini en un remate franco evidenciaron la desatención defensiva del Madrid a balón parado. Ante el Eibar y el Girona recibió tres goles así y los malos síntomas se reprodujeron en Turín. El Madrid es tal apisonadora en Europa, que hasta la amarilla a Ramos, con Nacho lesionado, va a quedar en mera anécdota. Otra noche soñada por el madridismo. No así por Bale, que no jugó ni un minuto.