Simeone a un lado, al otro Messi

Partido con mucha verdad en el Camp Nou. Los once puntos de ventaja del Barça no hace mucho son ahora cinco por mor de tres empates que Valverde no tenía en sus cuentas. El Atlético de Simeone le ha perseguido con ese ritmo cazador de los lobos, de trote seguro e inagotable. Está muy bien el Atlético. Tiene a estas alturas tantos puntos como el año en que quedó campeón (precisamente en el Camp Nou) y su pareja Diego Costa-Griezmann ha alcanzado un perfecto punto de ajuste fino. Les respaldan cuatro centrocampistas formidables, y a estos una defensa aguerrida que completa un portero grande. Y todos van a una.

Un gran equipo en un gran momento, aunque quizá un poco corto de plantilla, tras las últimas salidas. Ya veremos si eso le pesa más adelante, pero hoy tiene en buena condición a todos su principales. Otra cosa es la magnitud del desafío. El Barça no tiene ese espíritu ‘gurka’ del Atlético, ni el nuevo modelo perfectamente cerrado todavía, pero está cargado de grandes jugadores y sobre todo tiene a Messi, algo único. No hay estrategias que puedan controlarle, confesó ayer Simeone. De mucho en mucho sale un jugador contra el que no se puede hacer nada, y ahora se da el caso. Compañeros y rivales están en manos de su inspiración.

Si el Atleti gana esta tarde se pondrá a dos puntos y eso sí que dejará la Liga francamente abierta. El empate, para mí, casi le vale al Barça, porque mantendría al Atlético a una distancia de dos partidos. La victoria culé cerraría este campeonato del que dimitió el Madrid hace tanto y que el Atlético ha sostenido con su imponente ritmo de persecución. Un lujo de partido que llega con el recuerdo de Quini aún fresco en nuestra memoria dolida. Este partido contendrá un homenaje a él, planteado con sensibilidad por la directiva del Barça, y nada podemos desear tanto como que el juego responda luego a su forma de ser y entender el fútbol.

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