Neymar, asume las consecuencias

La falta de sintonía e identidad entre el club, sus entrenadores y jugadores es uno de los más graves problemas que los parisinos enfrentan desde hace años.

Dicen que fue Dani Alves el que finalmente convenció a Neymar para irse a París. Pero Alves estaba en Turín, no en la capital francesa, cuando ejecutaba su plan a espaldas del Barça, sin saber lo que realmente pasaba en su futuro equipo.

Neymar podía haber escuchado una voz mucho más cercana a él. Uno de sus mejores amigos, que hace cuatro años estuvo a punto de dejar el PSG por esta misma falta de sintonía.

Thiago Silva tenía un acuerdo con el Barça en el verano de 2013. AS contó en exclusiva mundial cómo el central estrella estaba dispuesto a irse a la Ciudad Condal después de tan sólo un año en el club que pagó 42 millones al Milán para hacerse con sus servicios.

Thiago Silva no era feliz en el club. Su familia no era feliz en Francia y durante todo aquel verano no lo escondieron a su entorno que su deseo era irse a vivir a España. Pero lo que el jugador no se esperaba era que la contraoferta del PSG para que él se quedara sería una renovación express que le haría uno de los diez jugadores mejor pagados del planeta: 12 millones de euros netos al año por cinco temporadas. La oferta era irrechazable y decidió quedarse. Verratti forzó el pasado verano como pudo, pero tampoco logró irse. Cavani lleva años como loco en busca de otro equipo. Y eso son sólo tres ejemplos.

Esta mentalidad del dinero por encima de todo es la estrategia del PSG para hacerse y no dejar que se vayan algunos de los mejores futbolistas del mundo. Su estrategia para intentar hacerse grande. Neymar lo tenía todo en Barcelona. Pero quiso más. Y el que todo quiere…

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