Un conflicto donde no lo había

Dice Tony Parker que las Ventanas FIBA son “ridículas”. Marc Gasol las califica de “injustas”. Y eso que ellos están en la NBA, liberada del conflicto. Efectivamente, es ‘ridículo’ ubicar partidos donde no los había, sin ninguna tradición y en medio de otros calendarios. En noviembre hay choques internacionales de fútbol y rugby, pero estos deportes tienen su propia idiosincrasia. El baloncesto por Selecciones se ha celebrado habitualmente en verano, y funciona bien ahí. Y es ‘injusto’ poner entre la espada y la pared, entre sus clubes y sus federaciones, entre papá y mamá, a los jugadores. O forzar a que te saquen las castañas del fuego a aquellos que luego no disputarán las fases finales, porque entonces sí podrán venir los NBA. España dio el lunes una lista de 24, con 11 de la Euroliga, que se juega en esas mismas fechas. Hay un problema.

Si analizamos con frialdad, el lío no favorece a ninguna parte. Por eso resulta difícil de entender que sean tan cerriles de no solucionarlo. La FIBA se verá en el brete de sancionar a clubes o de quedarse en su Mundial sin selecciones como España. La Euroliga se arriesga a castigos a sus equipos y a sus jugadores. La Federación se puede ver obligada a aplicar la Ley del Deporte a gente que siempre ha cumplido como internacional. Al CSD le lloverán recursos en el TAD si esas sanciones se hacen efectivas. Y en medio de este intercambio de cachetadas están los jugadores, temerosos de incumplir su contrato con su club o su obligación con su país. Me cuentan que aún hay esperanza de una salida, que la Euroliga podría mover fechas. Sería lo lógico. Y después, sentarse de verdad y dejar de mirar en dirección al ombligo.