El modelo del piragüismo también arrasa en los Premios
En el módulo de piragüismo del CAR de Madrid, en la zona del kayak ergómetro, donde se hacen los entrenamientos en seco, hay una fotografía motivadora: el histórico K4 1.000 de Menéndez, Misioné, Celorrio y Díaz-Flor, plata olímpica en Montreal 1976. Durante sus carreras, Herminio Menéndez completó tres medallas, y Ramos Misioné, dos. En ese referente se inspiraron muchos palistas posteriores, entre ellos el hoy presidente de la Federación Española, Juan José Román Mangas, oro mundial en 1991 y cuarto en Barcelona 1992. Aquel ejemplo todavía funciona como espejo, en el periodo de mayor gloria del piragüismo. En las cuatro últimas ediciones de los Juegos ha sumado 12 medallas, lo que ha colocado a este deporte en el segundo español más laureado con 16, tres menos que la vela, otro clásico en el podio.
Entre los protagonistas de esa cosecha hay ilustres como David Cal, con cinco medallas olímpicas; Saúl Craviotto, con cuatro, y Maialen Chourraut, con dos. Estos dos últimos han sido distinguidos con los dos principales Premios Nacionales del Deporte 2016. También Marcus Cooper, como revelación, y la Selección olímpica. En total: cuatro premios. Dominador y merecido. Como muchos ya sabrán, AS suele celebrar los lunes un encuentro con una federación. Y, casualmente, este lunes estuvimos con Román, que conoció la noticia durante la comida. Fuimos testigos y los primeros en felicitarle. Incluso brindamos. El Piragüismo se ha convertido en un vivero de medallas olímpicas para España, porque detrás hay un trabajo bien hecho. Es bueno reconocérselo. Vaya nuestra felicitación. También para el resto.