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Cristiano Ronaldo se desespera sin gol

Fue en el minuto 74’. Cristiano persiguió por la banda derecha un buen balón largo, lo alcanzó y cruzó un pase raso, perfecto, para Isco, que apostó por la jugada y conectó a gol. Limpio remate, feliz culminación de la perfecta maniobra de Cristiano. Era el 3-0, cerraba el partido, Isco lo cantó feliz. Pero Cristiano se dio media vuelta y volvió hacia el centro caminando, meditabundo, como se vuelve tras un fallo. Los celebrantes que abrazaron a Isco acabaron acercándose discretamente a él, para unirle a la felicidad común. Apenas lo consiguieron. Saludó a los recién llegados pero ni pudo esbozar una sonrisa. Tres goles y ninguno suyo...

Van doce jornadas de Liga y lleva sólo un gol, el del triunfo en Getafe, y lo sufre. En la Champions lleva seis, es pichichi, pero esa cuenta se ve menos, se tiene menos presente. Un gol. Hay suplentes que llevan más. Un gol con 48 disparos a puerta, mientras Messi lleva 12 con 69. Bien mirado, pone todo de su parte. Ayer acudió a la cita del gol con entusiasmo y fe, pero el gol no acude. Un tiro le salió lamiendo un palo, otro la escuadra, un cabezazo se lo detuvo Raúl, dos faltas a la barrera...Otras veces no le llegó el pase que esperaba... Todo ello con un gesto de angustia que se detectó desde el principio y que fue a más según marcaban otros.

Fue lo más llamativo de una noche en la que el Madrid fue de menos a más. La revolución de Zidane se quedó en poco: de salida, sólo Asensio y Vallejo, que estuvieron ambos bien. El partido empezó plomizo, con los madridistas inseguros, atrapados en su mufa. Apretaban y obtenían córners. De uno de ellos llegó el gol de Casemiro, cerca del descanso. Una liberación. La segunda mitad fue más movida y Asensio marcó uno de esos goles que sólo marca él. Luego llegaría el de Isco. Las Palmas mostró momentos de buen toque y exhibió a un Vitolo recuperado, pero sin Boateng ni Roque Mesa no es lo que era.