La semana loca del Madrid

El Real Madrid jugará un partido cada 48 horas, cuatro en siete días: Unicaja Málaga (el último domingo), Armani Milán (martes), Zalgiris Kaunas (jueves) y San Pablo Burgos (sábado). Los dos primeros, en casa, y los dos siguientes, fuera. Una semana loca que llega en un momento delicado para los de Pablo Laso tras las bajas de Kuzmic, Randolph y Thompkins, que obligan a unos retales en su juego interior, con Radoncic y Maciulis, que por ahora han funcionado. Habrá que ver cuando se vayan acumulando los esfuerzos. Este hacinamiento de partidos se debe a la primera de las cinco semanas en las que la Euroliga ubica dos jornadas. Es la fórmula para encajar el actual modelo de competición, que ya se estrenó la pasada temporada, con una primera fase de 16 equipos: 30 jornadas y 240 encuentros.

Hay que admitir que este sistema resulta muy atractivo, porque permite presenciar los grandes duelos europeos al menos dos veces por sesión, sin contar el playoff de cuartos y la Final Four. También asegura cierta igualdad. Menos encanto tiene que haya cinco equipos españoles y, en consecuencia, un total de 20 partidos fratricidas y repetitivos. Se corregirá. La idea de la Euroliga es crecer en este modelo de todos contra todos, con dos equipos más, lo que fuerza a buscar hueco para otras cuatro jornadas. Es curioso: mientras la NBA reduce su feroz calendario, con un tope de cuatro choques semanales; Europa aumenta la carga. Todavía están lejos: un equipo de la NBA oscila entre un mínimo de 82 y un máximo de 110, y uno de los grandes de España, entre 64 y 89. Aun así, en el fondo, asoma una NBA a la europea.

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