Aún nos queda Rossi para rato

Valentino Rossi ha dicho adiós a cualquier opción de título esta temporada, porque lo estaba disputando como el que más desde su cuarta plaza de la general a 26 puntos de la cabeza que ocupa Dovizioso. Una fractura de tibia y peroné mientras se entrenaba haciendo enduro en los alrededores de su Tavullia natal tiene la culpa. Se trata de un faenón en toda regla, por ser finos. Es un contratiempo que hay que tomarse como un gaje de su oficio de piloto, porque montar en moto fuera de los circuitos forma parte del plan de entrenamiento de todos ellos, y al mismo tiempo supone un mazazo moral para él, para su legión de seguidores y para todos los que están disfrutando este año con el Mundial de MotoGP más igualado, emocionante y abierto de la historia.

El comunicado de Yamaha habla de fractura con desplazamiento y eso, en teoría, es mejor que abierta, como la que sufrió en la misma pierna derecha en 2010. Para aquella fractura de tibia y peroné sufrida en Mugello necesitó sólo 41 días para volver, perdiéndose las citas de Montmeló, Assen e Inglaterra. Hay que dar por hecho que ahora se perderá seguro Misano y Aragón y hay que confiar en que pueda hacer otra machada a nivel de recuperación y reaparezca en Japón. Desde hoy y hasta el viernes de Motegi hay 43 días así que, si todo va bien y no surgen complicaciones, podría reaparecer para entonces. Ya lo hizo hace siete años, con 31, y está capacitado para hacerlo con 38. Nos queda Rossi para rato, porque está hecho un chaval, bien entrenado y con una ilusión impropia de quien ha ganado tanto. Forza Rossi.

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