Un adiós que no es un hasta nunca

Es difícil despedirme de ti. De todo lo que has significado y has aportado a mi vida. De tantas emociones descubiertas a tu lado. Has sido refugio, santuario y nuestra Casa Atlética. Allí donde, a pesar de tantas inclemencias, acudimos para animar desde tus entrañas a nuestro equipo. Acogiste nuestras ilusiones, emociones, alegrías y decepciones.

No sólo fuiste un edificio, sino el escenario perfecto donde el alma de tu afición y el tesón de nuestros jugadores construyeron una historia de lealtad hacia nuestros colores. Un ejemplo de tenacidad, ilusión, corazón y orgullo que se hacía presente en ti. Un digno elemento que se hace imprescindible en nuestra historia atlética. Has sido el marco incansable del equipo y la afición.

Adiós, magnífico estadio, que acogiste durante tantos años la ambición de nuestro equipo, el destino de cada partido, el revivir de la ilusión. No es un hasta nunca. Eres y serás identidad divina de nuestra historia. Nunca te olvidaremos, ni desaparecerás de nuestros corazones. Llevaremos tu esencia allá donde esté tu familia atlética. ¡Adiós, estadio Vicente Calderón!

Juan Mateos Rubiales es participante en el concurso ‘Despídete del Calderón con AS’.

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