Bale y Morata, goleadores de la Eurocopa y ¿futuro del Madrid?

La gesta de Bale continúa. Abanderar la clasificación de su selección para la Eurocopa ya fue una machada, pero Bale, aún sin estar en plenitud física, ha decidido encarnar el espíritu de Gales, a base de toques extraordinarios, ya sea en forma de golpes francos o de toques mágicos con el exterior. El mérito es impresionante, desafiando a Inglaterra, con todo su componente emocional y consiguiendo quedar por delante en su grupo. Una auténtica barbaridad y la certeza de que el traje de líder, lejos de pesarle, le motiva. Aunque no creo que esté en el escalón de Cristiano, sus hechos son irrefutables.

El retorno de Morata. Decía estar en la Juve "como Dios", pero el Real Madrid ha decidido ejercer su derecho de recompra. Lógica y buena decisión. La gran pregunta es si su indiscutible progresión le va a servir para ganarse un hueco a las órdenes de Zidane o si el Madrid va a hacer caja con el Tottenham, por ejemplo. Morata también ha conseguido convertirse en el nueve que necesitaba España en la Eurocopa. Ha demostrado que es capaz de mezclar bien con el fútbol de la Juventus y con el de la Selección. Dos estilos contrapuestos, que no hacen más que reforzar la certeza que estamos ante un goleador de altísimo nivel. Si se queda en el Madrid, que sea para jugar.

El serio aviso de Croacia. Del Bosque sacó a su once de gala como aviso a navegantes. Un desgaste demasiado importante e innecesario. La suerte de España en esta Euro pasaba en buena parte por ser primera de grupo, a ojos del seleccionador. Y salió al revés. Sin Modric ni Mandzukic, la selección croata fue el hueso que se esperaba. España, con balón, es una delicia, pero en cuanto baja el nivel de la circulación y se acumulan las pérdidas en la salida, la Selección española sufre lo indecible. Sin balón, no se puede ser una verbena y el momento físico, preocupante.

Entre Ramos y De Gea. Se equivocó el árbitro al señalarlo y se volvió a equivocar cuando permitió a Subasic adelantarse más de dos metros. Dicho esto, Sergio Ramos, que tiene la personalidad para pedirla e imponer sus galones, no me parece el mejor especialista de la Selección para hacerlo, con Silva, Bruno, Aduriz o Iniesta en el campo. En nuestra portería, De Gea no dio la seguridad necesaria ni en las salidas, ni en la manera de encajar el segundo gol del gran Perisic, el mejor jugador del partido.

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